Punto de Encuentro

Todo nos gusta todo lento en Latinoamérica.

Esta semana ha sido tendencia el video de la Primer Ministro de Nueva Zelanda que emitió su segundo informe de Gobierno en tan sólo 2 minutos. Nueva Zelanda ha sido el foco de todos los ojos del mundo al haber erradicado el COVID-19 y, declarado que no ha habido brotes en 100 días.

Nunca he sido de partidario de comparar a los países de primer mundo como Japón o Nueva Zelanda con nuestros países Latinoamericanos, pues es evidente que culturalmente estamos a generaciones de distancia.

Sin embargo, en esta ocasión quiero plasmar algunos de los detalles del por qué son países que están tan alejados cultural, económica, social y políticamente de países latinoamericanos.

Lo dice el título de este artículo, en Latinoamérica nos encanta que todo se tarde, que cualquier trámite o plática se alargue lo más posible, sé que suena tajante, pero los ejemplos sobran.

En la cuestión jurídica, todos saben -aún sin haber tenido un problema legal- que ningún juicio tardará menos de 3 meses; que no existe ningún juicio que será resuelto de manera rápida y expedita, tal como lo dictan los principios plasmados en las constituciones de nuestros respectivos países.

Un juicio de arrendamiento, de despido injustificado, de alimentos, de pensión, todos estos procesos y el que se les ocurra, sabe la peruana, el ecuatoriano, la boliviana, el colombiano, etc; que serán meses y años de ir y venir, de gastar dinero, de audiencias y lo peor de todo, lo considera común.

Los latinoamericanos tienen la firme idea que es normal que un juicio tome años, piensa que, para que su ex patrón le pague lo que le debe se deben tardar 2 años los tribunales para obligarlo a pagar o, que para que un inquilino que no paga, se deba pedirle que se salga, que se le demande y que después de varias instancias por fin se saldrá del inmueble, cobrar las rentas adeudadas ya es mera vanidad.

He aquí el problema, si alguien te debe dinero, no ha pagado la renta, el patrón no te dio lo que te corresponde según la ley, ¿por qué debemos tardar años en que se cumpla lo que dice la ley o un contrato?

Si yo firmo que pagaré 1000 USD mensualmente por la renta de mi piso, debo pagarlos y, en caso de incumplir, tendré que pagar las rentas adeudadas y resarcir lo que haya dejado de percibir el dueño, no hay mayor complejidad, no necesitamos de meses o años para determinar si le debo o no; y en las leyes de los países de Latinoamérica, están hechas y son aplicadas -lo más importante- por gente que hace que se tarden meses u años.

Una deuda (ya sea de rentas pendientes, de salarios, de alimentos a tus hijos, de pensión, etc.) se puede resolver en una audiencia de 20 minutos, y obligar a pagar en un mes, sino paga, embargar la cantidad que se debe; todo en menos de 2 meses.

Empero, se puede y sucede en primer mundo, pero aquí en Latinoamérica, al abogado le encanta cobrar por copias, al juez, escribano, actuario, notificador, secretaria, le encanta tener juicios de hace años y tener audiencias con las mismas personas varias veces para platicar de lo mismo y no resolver nada, siendo que, además ya todo está plasmado en papel.

En México, diario se destinan 2 horas del día a conferencias, 1 hora para el Presidente y 1 hora para el Subsecretario de Salud, que diario dicen básicamente nada. Y eso nos gusta, lo vemos, lo seguimos, lo comentamos otras 2 horas nosotros mismos.

Esta situación sucede en todos los aspectos de nuestras vidas, si tu línea de móvil falla, debes llamar 30 minutos, acudir a un centro movistar, Telcel, formarte 3 horas, exhibir documentación, etc., etc., cuando es algo que vía remota (correo o whatsapp) podría arreglarse en 15 minutos. Estamos en pandemia, y todos sabemos que acudir a una clínica del gobierno, es asistir a un lugar que te harán esperar horas, que estarás parado, que será un suplicio básicamente. Así sucede en el Perú, en Bolivia, en todos los países latinoamericanos nos gusta que los trámites tarden, que las cosas no se resuelvan rápido.

Puedo seguir con los ejemplos, en plomería, en arreglo de computadores, en cualquier cuestión sabemos que 2 cosas son seguras: 1.- la persona no será puntual o que esperaremos mínimo 1 hora y 2.- el problema no será resuelto en el tiempo que nos dijeron.

Ahora bien, al leer esto, podrías pensar, que el culpable es el gobierno -como siempre se suele decir- pero no, somos nosotros como sociedad, está en cada uno de nosotros.

El cambio está en nosotros, porque nosotros somos los que hacemos que un juicio tarde mucho o que una reparación tarde días o semanas. Porque somos nosotros los que hacemos esos trabajos, de abogados, de jueces, de encargados, de secretarios, que al estar de ese lado somos prepotentes y pacientes; mientras que, al estar como consumidor o usuario nos quejamos de los tiempos de espera y del trato.

Es momento de hacer nuestro trabajo, oficio o profesión de la mejor manera posible y en el menor tiempo posible, olvidar las llamadas “horas nalga”, el cumplir con un horario por cumplirlo, sino el cambiar el chip y ahora trabajar para resolver y así cambiar poco a poco la cultura de lo que es Latinoamérica.

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