Punto de Encuentro

Breve diagnóstico de una crisis política anunciada

El Perú es una República inventada que sobrevive, políticamente hablando, de ensayo en ensayo. La agonía independentista que emprendieron los extranjeros para emanciparnos de la subordinación española hace poco más de doscientos años, nos ha demostrado que, los peruanos, no tuvimos la intención de echar las bases de un movimiento individual que no solo impusiera nuestra separación, sino que concibiera un programa que sostuviera la estructura política de la naciente República.

Así, durante estos doscientos años, hemos tenido aciertos y desaciertos políticos, hemos sido gobernados por militares que vieron en la presidencia de la República, «el último grado de su carrera militar», hemos visto a los civiles enfrentarse por una cuota de poder, por repartirse el botín del Estado a través de los brazos clientelares que los mantuvieron en el escenario político de sus respectivos contextos.

Por otro lado, huelga decir que lo difundido por los medios de comunicación, respecto a la crisis política que atraviesa el Perú del Bicentenario, no es más que una sucesión de hechos que ahora quieren hacer público; las malas prácticas políticas siempre han estado presentes a lo largo de nuestra historia republicana, no es una novedad que los enemigos políticos se asocien para alcanzar el poder, ni es una primicia que individuos deleznables ocupen cargos políticos.

Ante este dilema, los peruanos tenemos la honrosa responsabilidad de cambiar el sentido político de nuestro país, comenzando por elegir representantes que estén a la altura de las circunstancias, por personas que se encuentren inmersas en la cosa política; la experiencia de los últimos congresos, nos ha demostrado que no podemos llevar a cualquier individuo al poder, menos a la presidencia de la República.

En suma, es menester de los partidos políticos presentar ante la ciudadanía a sus mejores cuadros políticos, toda vez que, esta, es una crisis política que debe ser resuelta por políticos que estén preparados para debatir y plantear las soluciones que, coadyuven a resarcir el daño que nos han causado aquellos compatriotas que tuvieron «plata como cancha» para comprar un escaño, o, de aquellos felones que demostraron cuánto valía, en política, la «palabra de [un] maestro».

Datos del autor:

Luis Angel Elescano Paz

Lic. en Historia por la Universidad Nacional Federico Villarreal

Egresado de la maestría en Administración y Gerencia Social por la Escuela de Posgrado de la Universidad Nacional Federico Villarreal

Especialista en Gestión Pública por la Universidad Continental

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