Punto de Encuentro

La seguridad ciudadana: El gran tema ausente

El Mensaje del Presidente Ollanta Humala, relacionado con la SEGURIDAD CIUDADANA, dejó en el ámbito político y en la ciudadanía en general un sentimiento  de insatisfacción; al no abordar con objetividad, no obstante la delegación de facultades para legislar   en esta materia, las acciones de política y estrategia que  realizará el gobierno en este último tramo de su mandato, para enfrentar  la creciente inseguridad  que viven los ciudadanos del país, especialmente frente al delito callejero, la extorsión y el sicariato.

El mandatario hace alusión a la implementación de políticas  públicas de corto, mediano y largo plazo que no han sido tales y en esa línea, el tan auspiciado Plan de Seguridad Ciudadana 2013-2018, no viene dando los resultados esperados, prueba de ello son los altos índices de temor, victimización y percepción de inseguridad de los ciudadanos del país.

La reforma policial autodenominada “reingeniería” emprendida por este gobierno y que se muestra como uno de sus principales logros, tampoco ha dado los resultados esperados, por el contrario, se ha burocratizado a la institución policial haciéndola perder reflejos e iniciativa frente al avance de la criminalidad, la formación de los nuevos agentes policiales ha sido sacrificada sólo por cumplir con las cuotas de más efectivos en las calles, siendo el remedio peor que la enfermedad,  el equipamiento no obstante la gran cantidad de recursos disponibles, sigue siendo deficiente, no se avanzado casi nada en infraestructura policial y por último uno de los grandes problemas de fondo, como es la corrupción institucional, no ha sido  abordado a plenitud.

El gobierno comete un error al abordar el tema del servicio de 24 x 24  con medidas aisladas como el anuncio de la prohibición del uso del uniforme policial para servicios particulares. La pretensión  de recuperar la exclusividad del servicio policial requiere de una serie de medidas debidamente articuladas, comenzando por un programa de sensibilización, de capacitación y de reentrenamiento, en la medida que progresivamente se van alcanzando los montos de una remuneración justa y equitativa, proceso que como todos sabemos lo inició el anterior gobierno. A ello debe sumarse acciones de retribución indirecta  en provecho del personal policial y su familia, mejorando sustantivamente programas de bienestar en  salud, vivienda, educación entre otros. Finalmente, siendo el tema remunerativo muy sensible en el colectivo policial, es probable que estos anuncios originen malestar dentro de la institución, generando un escenario nada auspicioso para este proceso.

Por otro lado, dentro del marco de la delegación de facultades para legislar,  la incorporación al Código Penal delos delitos de Sicariato y de Conspiración y Ofrecimiento para el Sicariato,  y el agravamiento de penas para castigar estos delitos en sus distintas modalidades, también es una medida que algunos consideran efectista, ya que se recurre al facilismo legal, que  si no va acompañado de otras medidas que faciliten la labor de los integrantes del Sistema de Justicia,  y de los recursos económicos necesarios, sólo será letra muerta. En esa misma línea, la norma que facilita a la Policía Nacional el acceso a datos que permiten la localización o geo localización de teléfonos móviles y dispositivos electrónicos sólo en caso de flagrancia delictiva, va mereciendo hasta la fecha el cuestionamiento de un importante sector de la población, por cuanto se estaría vulnerando derechos fundamentales de las personas; el problema de fondo es la falta de confianza en la institución policial, pues se presume que esta prerrogativa podría ser utilizada con otros fines.

Finalmente, la afirmación del Presidente de que ya no existe un poder paralelo del Narcotráfico en el VRAEM, le ha valido la desaprobación de políticos y especialistas en la materia quienes califican esta afirmación de “triunfalista”;  otros más críticos no sólo han calificado de falsas estas afirmaciones, sino que han asegurado que el único poder real en el VRAEM es el del narcotráfico. En esa misma línea, el informe de ONUCDD es más contundente ya que sólo se avanzó el 1.7% de reducción de cultivos de hoja de coca, y la producción de cocaína  sigue siendo de 300 toneladas anuales, la mayor de toda la región.

En síntesis, a un año de culminación del gobierno del presidente Humala, no vemos visos de solución a un problema que aqueja a la ciudadanía en general, peor aún, si este gobierno ha demostrado que no tiene las capacidades para afrontarlo con éxito, y en ese sentido, es muy probable que el próximo gobierno tenga que hacer frente a un problema más agravado, por la ineficiencia y la inacción de la actual administración. En suma podemos afirmar que la Seguridad Ciudadana ha sido el gran tema ausente en el mensaje presidencial de 28 de Julio.

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