El nuevo tiempo, como dijera el Presidente Valentín Paniagua, de una democracia liberal y constitucional en el Perú aún está un poco lejos de concretarse; no obstante, nuestra aún endeble República requiere de espacios como Punto de Encuentro para enriquecer el debate y brindar otros puntos de vista para que el ciudadano y el lector tome mejores decisiones en las urnas y en su visión de mundo.
En ese sentido, es un gusto para mí compartir este espacio con varios “compadres” apristas —full disclosure, soy militante de Acción Popular—, tomando con humor el término empleado por cremas y aliancistas para definir esa histórica rivalidad. Por lo mismo, no podía perder la ocasión, ya que Enrique —editor de PdE— me ha puesto la oportunidad en bandeja, de vestirme de Head Hunter (reclutador de ejecutivos) para revisar el CV de quien a todas luces aspira a ser candidato a la presidencia del Perú por cuarta ocasión y presidente por tercera vez: Alan García Pérez.
El postulante es un hombre de 66 años, que 30 años atrás postuló al mismo empleo por primera vez. La primera pregunta que le haría al postulante García, sería la siguiente: Usted ya se desempeñó en este empleo en dos ocasiones, ¿qué lo motiva a querer ser contratado en una tercera ocasión?
El postulante recurrirá a sus recientes comentarios económicos, que afirman que para lograr un crecimiento económico sostenido no importan los embates del exterior y que basta con que haya determinación para alcanzar tasas de crecimiento chinas de 7% o similares.
¿Y en su primera experiencia laboral? ¿Acaso no pudo utilizar su optimismo para reflotar la economía? Y responderá: pero en esos tiempos hubo problemas externos y coyunturales.
¡Aja! El postulante García se contradice, y pierde fuerza. Cuando le va mal, critica al entorno, y cuando le va bien, se adjudica el crédito como gran gestor de los logros de esa gran corporación que es nuestro país.
Para continuar, le pregunto al postulante García: ¿y sus equipos? ¿No tuvo elementos que hoy son más bien criticados por judíos y gentiles? El postulante García regresaría a su figura, a su gran capacidad para sortear temporales y lograr tasas chinas. Sí, nuevamente las tasas chinas.
Pienso en darle el beneficio de la duda, pero recuerdo su vacilante desempeño, desdiciéndose en innumerables ocasiones, rodéandose de personas que hoy han sido acusadas por vínculos con el narcotráfico o por contratar de manera irregular en el sector Educación, y concluyo que, desafortunadamente, no se puede disfrazar un gobierno solamente con sus cifras. Un buen gobierno debe caracterizarse por hacer soñar a sus ciudadanos, brindarles las libertades y capacidades necesarias para vivir en bienestar y en paz social. Lo que nos dejó su segundo intento en el puesto, fue una bomba de tiempo. No queremos más.
Que pase el siguiente.