Punto de Encuentro

SUNEDU: LA UNIVERSIDAD NO ES UN COLEGIO

El año que pasó se recordó los 100 de la Reforma Universitaria de Córdoba, un hecho marco el inició de la gran ola de pensamiento y de cambio estudiantil en toda América Latina. ¿Pero que reclamaban los estudiantes? Muchos opinólogos de café, que se atreven a hablar de educación, señalan que dicha reforma no tiene asidero en nuestro mundo de hoy, sin embargo, me atrevo a discrepar con dichas mentes eruditas de la pedagogía.

Las juventudes rebeldes del inicio del siglo XX, no lucharon, para beneficio de una persona. Lucharon para el beneficio de toda una masa estudiantil, que gritaba a viva voz en las aulas de las universidades: “Libertad”. Luis Alberto Sánchez, uno de los hombres de aquella generación del centenario, que llenó de esperanza al Perú, señalaba lo siguiente: “las universidades de aquellos tiempos solo respondían la mentalidad y a la realidad económica de entonces. Era universidad de claro abolengo colonial, de doctores togados y estirados, reñidos con un concepto realista de la vida”. La injerencia de la Iglesia católica en la educación, no permitía el libre pensamiento, todo estaba dogmatizado, todo era controlado, no era correcto que un futuro historiador escribiera que la cruz fue instrumento de dominio por parte de los españoles.

Los estudiantes, luchaban por libertad de catedra, por una universidad integral que acepte a todos sin condicionamiento económico, ideas políticas o religiosas, asistencia libre y lo más importante autonomía universitaria. ¿Se mantiene todo lo mencionado en las universidades peruanas? Hace ya unos años SUNEDU viene tomando a cargo el supuesto ordenamiento de las universidades, la supervisión para que estas cumplan con los requisitos básicos de calidad educativa. Sin embargo, SUNEDU olvida que las universidades públicas del Perú dependen del Estado Peruano ¿se ha preocupado el gobierno por brindar los presupuestos necesarios para que estos se equipen y se conviertan en universidades “de primer mundo”? ¿Ha entendido el gobierno que los jóvenes del mundo actual, caminan con la llamada revolución científica y tecnológica?

El Perú en la época del Fujimorismo, vivió la llamada privatización de las universidades públicas. Era necesario que el gobierno de ese entonces cumpliera lo que se había establecido en el consenso de Washington. ¿Qué consecuencias trajo consigo? En diez años ya en el Perú, las universidades privadas duplicaban en número a las universidades públicas. Ahora vayamos a lo más crítico.

Es difícil educar a una persona en un país que le teme al pensamiento independiente. El estudiante peruano de hoy, no piensa, no investiga y toma como verdades muchas de las cosas que escucha de los medios comunicación. En las universidades peruanas de hoy-y lo digo porque estudia en una pública- se hace de todo menos pensamiento crítico. Se ha mecanizado y construido una universidad para responder lo que pide el mercado internacional y no la realidad nacional de nuestro país. No se promueve el debate y mucho menos la investigación. Un joven no va a la universidad a aprender, va a formar su propio conocimiento. ¿Qué estamos logrando con este tipo de educación? Nuevas generaciones desatendidos de la problemática nacional, de los problemas esenciales como economía, seguridad ciudadana y política.

Intentamos tomar como ejemplo la educación que se imparte en países como Finlandia, sin embargo, parece que nada de ellos aprendemos. ¿Es necesario tomar asistencia al estudiante universitario, si se sabe que es una persona que ya toma sus propias decisiones y si ha entrado a la universidad, es porque tiene la voluntad y la predisposición de formar su propia visión del mundo? Se le pide que lean, pero en qué momento pueden hacerlo, si tienen a docentes que los llenan de trabajos mecanizados y que te revisan las tareas peor de que se lo hace a un alumno de educación básica regular.

SUNEDU no entiende que la universidad no es un colegio. Donde se le dicta y se entrega un libreto que seguir a los docentes para que estos transmitan y hagan que sus estudiantes lo tomen como dogma. Si es exactamente lo que se exigió a inicios del siglo XX, una universidad universal, donde no existan dogmatismos. ¿Fueron Mariátegui, ¿Haya de la Torre, Basadre, Porras Barrenechea, Luis Alberto Sánchez, Pulgar Vidal, Julio C. Tello estudiantes con libretos a seguir? El ser humano no puede aprender si esta estresado, si todo el tiempo lo tiene acumulado en tareas, pero menos para su propio espacio de desarrollo.

Estamos en pleno siglo XXI, pero pareciera que no aprendemos de nuestros errores del pasado. Si seguimos promoviendo una educación amiga del mito y de la leyenda, tendremos una generación del bicentenario perdida en el tiempo. ¿Qué hacer al respecto? Las respuestas sobran, solo veamos el comportamiento de los estudiantes de hoy, van a las universidades, por obligación y no por gusto ni placer. Y muchos menos, solo a escuchar a un docente que repite y repite lo que otros le obligan. Espero que la generación del bicentenario se pronuncie y realice la nueva revolución que necesita el país. Una gran revolución de ideas.

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