Punto de Encuentro

Sube el volumen de la música en los restaurantes de la Ciudad de México.

Ya es agosto del 2020, y honestamente, el tiempo pasa desapercibido al no poder festejar fechas importantes como cumpleaños, fiestas nacionales, independencias o estar a la espera de las vacaciones de verano o navidades para festejar con los seres queridos.

Lo he comentado a lo largo de mis artículos, los diferentes Gobiernos latinoamericanos han implementado diversas medidas para combatir al virus del COVID-19.

En México; país con 32 Estados y una población de 125 millones aproximadamente; cuya capital es conocida mundialmente como DF, cuando el nombre oficial desde febrero de 2016, es “Ciudad de México” o “CDMX” -como dato curioso, es la segunda ciudad con mayor cantidad de museos en el mundo, sólo superada por Londres- no ha sido la excepción.

Empero, como sucede con los demás países, en México se decretó como medida para combatir el coronavirus, un semáforo de colores para determinar el nivel de contagio que tiene cada Estado, ya sea muy alto o muy bajo. Es evidente que la economía de los Estados y ciudades depende enormemente de los negocios de restaurantes, fondas, comedores y locales de venta de alimentos. Negocios que fueron cerrados temporalmente por la pandemia, pero hay millones que no reabrirán sus puertas jamás.

Todos los negocios mencionados, no sólo representan una derrama económica por los alimentos que se consumen en ellos, sino por la cantidad de empleos que generan, por mencionar algunos, chefs, hostess, meseros, lavalozas, personal de limpieza, repartidores, barmans, baristas; y del ciclo productivo que generan al comprar carne, pescado, pasta, legumbres, verduras, frutas, dulces, refrescos, bebidas alcohólicas, utensilios de cocina y recipientes para guardar alimentos.

Por lo anterior, después de 3 meses que no se les permitió a los restaurantes dar servicio y, que trajo como consecuencia, el cierre de miles de negocios alrededor de la Ciudad de México; el Gobierno de la Ciudad de México, determinó, que desde el pasado mes de julio era posible la apertura de restaurantes y centros comerciales en la Ciudad para evitar que la crisis económica se agravará más.

Sin embargo, esta apertura comercial, no fue total, sino por zonas y horarios específicos; abrir a las 11 a.m., cerrar a las 5 p.m.; permitir el acceso controlado de comensales o clientes, dependiendo la capacidad de cada local.

Es decir, las medidas son: i) una mesa vacía entre cada mesa con clientes, ii) la desinfección continua de las mesas y las sillas con gel, iii) el acceso únicamente con cubrebocas o careta, una vez en tu mesa, te es permitido quitártelo y, iv) la música muy bajita.

Ahora bien, si ya se abrieron los restaurantes, ¿por qué apenas se permitirá subir el volumen de la música?

La respuesta es, porque al haber música muy fuerte o alta en los restaurantes, fondas, comedores, la gente tiene que hablar más fuerte o alto y esto genera que escupan o avienten partículas o gotas  de saliva; medicamente conocidas como “las gotitas de Flügge”, y esto propagará el virus del COVID-19.

El nombre lo reciben por el bacteriólogo e higienista alemán Carl Georg Friedrich Wilhelm Flügge (1847-1923), que probó que incluso en un “discurso sereno” se salpican gotas en el aire.

Las gotas son diminutas[1] y son emitidas al hablar, toser y estornudar; que pueden permanecer hasta 30 minutos en el aire en suspensión, lo cual les permite transportar enfermedades infecciosas de un individuo a otro, como el COVID-19.

 

 

Aun así, a partir del 5 de agosto de 2020, “se permitirá la música viva, grabada y videograbada en los restaurantes y establecimientos mercantiles que tienen como giro principal la venta de alimentos preparados”, según la administración de la CDMX.

Eso sí, el máximo nivel permitido es de 62 decibelios, para que se den una idea, es como el sonido de una aspiradora, por lo que, aún estamos lejos de escuchar a un buen mariachi cantando Cielo Rojo o nuestra melodía favorita a todo volumen en el restaurante favorito.

La medida también contempla la ampliación de horarios desde las 7:00 hasta las 22:00 horas, porque con el horario anterior, la afluencia ha sido muy poca y miles de restaurantes no se han recuperado del golpe económico.

Esta medida, puede parecer irresponsable por parte del Gobierno, mas no debemos olvidar que la CDMX está entre las 5 ciudades más pobladas del mundo, con 20 millones de habitantes aproximadamente, lo que conlleva que existan millones de pequeños negocios y empresarios que dependen enteramente de su negocio y que, en caso de perderlo o quebrar, esto se traducirá en despidos masivos y, esporádicamente, en robos y delincuencia.

Si bien es una medida más para afrontar el virus del COVID-19, también afronta la crisis económica, intentando buscar una forma de vida que nos permita mantener la economía y protegernos al mismo tiempo del COVID-19 y permitirá cambiar el ánimo de la gente, que cada vez está más decaído al no haber una solución próxima a la situación actual.

Por eso, súbele a la música.

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