El 17 de diciembre de diciembre de 2020, cuando empezó el rebrote (mal llamada "segunda ola", según la Organización Mundial de la Salud (OMS), advertí al gobierno de Francisco Sagasti, impuesto por las turbas de universitarios, que si no se va a vacunar antes de julio de 2021 al 60% de la población peruana y lograr, solo así, que el otro 40% adquiera la inmunidad de rebaño, no había otra opción que:
1) cambiar a la Ministra de Salud por haber mostrado incapacidad en detener la proliferación del coronavirus y las muertes por Covid-19;
2) comprar 5 millones de pruebas PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) o moleculares, para lograr efectividad en la detección, cercamiento y curación de los infectados con el SARS-CoV-2 o nuevo coronavirus (número 7) desde el inicio del nuevo rebrote acelerado por las movilizaciones de universitarios, trabajadores del agro y relajamiento de las medidas de seguridad (emergencia, toque de queda, distanciamiento social, uso de mascarilla e higiene de manos), y
3) autorizar el uso médicamente controlado de la Ivermectina que tiene la función de impedir la reproducción del coronavirus en el organismo humano. Su función es similar al Resemsivir muy usada actualmente en diferentes países del mundo pero muchísimo más cara (mil veces más caro su tratamiento, que la Ivermectina).
El Presidente Francisco Sagasti y su insuficiente Ministra de Salud, doctora Pilar Mazzetti, no ha hecho ni una de las tres sugerencias que le di hace poco más de un mes y por este olvido o desinterés no se ha detectado, controlado y aislado en forma oportuna y eficaz a la nueva cepa del Reino unido llamada B117 o 2020 12/01, que está infectando a los menores de 60 años, muchos de los casos ya están apareciendo entre los peruanos jóvenes adultos, quienes han tenido que ser hospitalizados y algunos han llegado hasta su internamiento en las unidades de cuidados intensivos cuyas camas en este momento casi ya no existen al igual que el oxígeno para los enfermos graves.
SI SE DESCONTROLA EL CONTAGIO DE CORONAVIRUS Y AUMENTA CONSIDERABLEMENTE LA CEPA B112 QUE AL PARECER ES MÁS LETAL Y PUEDE SERLO PARA LOS MENORES DE 60 AÑOS, NO TENGO DUDA QUE ÉL Y LA MINISTRA DE SALUD DEBEN SER VACADO Y DESTITUIDA, RESPECTIVAMENTE, INICIÁNDOLES UN DEBIDO PROCESO DE INVESTIGACIÓN QUE CONCLUYA CON EL ENCARCELAMIENTO DE AMBOS.
No caben en este caso los estúpidos cálculos políticos de pensar que si él es vacado entraría una comunista radical como Presidenta de Perú, porque la Constitución Política señala que la Presidenta del Congreso de la República es la legal sucesora. Aquí lo que importa es que quien no adopta medidas certeras y sugeridas por los profesionales de la salud, difundidas por los medios de comunicación y se continúan con las mismas medida ineficaces que aplica la misma Ministra de Salud durante el gobierno de Martín Vizcarra y de Francisco Sagasti, no debemos tener duda en reclamar vacancia, destitución, enjuiciamiento y cárcel por negligencia y por dejar morir a más peruanos de Covid-19.