Punto de Encuentro

100 días de destrucción de la economía popular

“El sistema de gobierno más perfecto

es aquel que produce mayor suma de felicidad posible,

mayor suma de seguridad social

y mayor suma de estabilidad política.”
Simón Bolívar

En tan sólo 100 días de Gobierno de Perú Libre la cantidad de pobres en el Perú ha aumentado, y es sólo el inicio.

El precio del GLP ha subido dramáticamente encareciendo el transporte, la preparación de alimentos en los hogares, como el costo de producción de las MYPES y PYMES.

En esa línea, los precios de los fertilizantes también han subido, encareciendo los costos de producción de los campesinos, principalmente de los más pobres que son los que no tienen cómo subsumir ese incremento. Hablamos de las comunidades campesinas en situación de pobreza y de extrema pobreza.

El Dólar ha subido en tres meses lo que no había subido en dos años, encareciendo las importaciones y afectando principalmente a los cientos de miles de familias comerciantes que han visto subir el costo de sus mercaderías y bajar sus ventas.

Respecto de las clases medias, en estos meses de desgobierno, se han disparado los morosos en los pagos de las tarjetas de crédito, el costo del capital de trabajo se ha incrementado, se han dejado de producir nuevos empleos y la pérdida de capacidad de consumo está llevando a un importante sector de las clases medias emergentes a retornar nuevamente a situaciones de pobreza superadas hace años.

El panorama social y económico es muy delicado y se está deteriorando de manera continua y sostenida. Las causas de este dramático aumento son estrictamente las acciones de Gobierno del Ejecutivo.  Castillo es el gobierno de la producción de más pobres.

A su inmensa ausencia política y nula capacidad para gobernar, agrega niveles de irresponsabilidad inaceptables para la gestión del Estado. Cada pequeña e irresponsable declaración del “prosor” a los medios de comunicación hace subir el Dólar unos puntos; cada nueva “medida” económica del Gobierno incrementa el riesgo país y genera nueva fuga de capitales; cada designación de un nuevo impresentable en cargos públicos de confianza mina la capacidad del Estado para implementar políticas publicas eficaces. Al aumento de la pobreza, Castillo suma el penoso mérito de también iniciar la destrucción de la institucionalidad pública.

Por ello, el inicio de su desplome político en los sectores D y E era esperable, y ese proceso continuará conforme se agrave más la situación de los hogares peruanos. No hay luz al final del túnel con la continuidad del aliado de SL en Palacio. Con su permanencia en el gobierno la situación económica, social e institucional se agravará mucho más.

Conforme aumente el rechazo de los sectores populares y productivos del país, la salida Constitucional de Castillo se hará no sólo viable, sino necesaria.

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