Punto de Encuentro

Democracia tutelada

Llama la atención que el gobierno a través del Canciller Cesar Landa, hayan solicitado la presencia de veedores de la Organización de los Estados Americanos (OEA), para que participen del debate en la sesión del pleno del Congreso del 28 de este mes donde se debatirá y se votará el pedido de vacancia al Presidente Castillo, promovida por más de 76 parlamentarios de diversas bancadas -los motivos son de público conocimiento-, siendo esta una sesión convocada en el marco de lo establecido en el Reglamento del Congreso que desarrolla el procedimiento para aplicar el inc.2 del art. 113 de la Constitución, y habiendo cumplido el legislativo escrupulosamente sus términos; sorprende dicha presencia por cuanto esta sesión es pública y de conocimiento internacional.

Si bien es una presencia simbólica, ya que estos funcionarios no participaran del debate, no menos cierto que estas representaciones son incómodas porque tratan de evidenciar la fragilidad de la democracia peruana y sus instituciones, situación que es conocida y que también ocurre en otros países. Este es un asunto delicado, pero su tratamiento es interno; acaso se duda, que los congresistas no actuarán a la altura de la responsabilidad que el pueblo les ha confiado. Los procedimientos parlamentarios que son internos y que están premunidos de autonomía, porque allí reside la soberanía del pueblo, no deben ser objeto de una presencia extraña con características de “tutelaje”, me parece que no, porque de lo que vemos se actúa con absoluta transparencia. Este nefasto precedente no puede volver a ocurrir, flaco favor le hace el gobierno a la democracia y sus instituciones ahondado su debilidad y consagrándola a veedurías cuestionables.

La OEA, es conocida, que hace muchos años ha sido tomada por autoridades con sesgo ideológico de izquierda, han dejado de arbitrar, solo interfieren en los asuntos internos de los países miembros. Somos respetuosos de los tratados de los que el Perú es parte, en este caso específico, que sepa no se autoriza la intromisión en los procedimientos parlamentarios. Si bien es cierto el Congreso democrático actúa transparentemente y por eso creo que no debe desairar esta solicitud, porque no tiene nada que ocultar; el gobierno muestra ser incompetente para resolver una crisis política generada por ellos, y que el Congreso en cumplimiento de sus obligaciones actúa.

Esta intervención, es peligrosa pero además desnuda la entraña de un organismo internacional que ha dejado de ser el intérprete de cierre de aquellos que acuden a sus instancias para hacer valer sus derechos humanos cuando han sido afectados en sede interna. Este comportamiento no lo tuvieron cuando el lagarto Vizcarra, cerró el Congreso inconstitucionalmente, con un argumento inexistente en la Constitución, la famosa “denegación fáctica”, allí cohonestaron esta tropelía legal y la convalidaron. Ahora se preocupan de que hay 06 solicitudes de vacancia presidencial en un poco más de 04 años, esa misma preocupación debieron mostrarla cuando el 2019 el corrupto Vizcarra disolvió el Congreso. Entonces, para ellos si es normal que un sujeto advenedizo como Vizcarra, en su vocación intolerante para hacer un trabajo de colaboración con el parlamento, lo cierre prepotentemente. Es hora de que los peruanos hagan un balance de su relación con este organismo al que nos adherimos en la década de los 80 y que muestra que ha sido peligrosamente tomada ideológicamente, y que sus procedimientos evidencian estar caducos y trasnochados, y hoy es controlado por una especie de secta ideológica debidamente remunerada y privilegiada financiada con recursos de todos los peruanos. La pandemia ha mostrado el poco valor de estos organismos internacionales, en este caso la OEA no ayuda a los peruanos a extirpar el “virus” de la corrupción, antes bien, la encubre, espero que esta vocación no sea intencional.

Milagros Salazar De La Torre.

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