Punto de Encuentro

Reto a la Presidenta, congresistas y el pueblo.

Por Roberto Rendón Vásquez.

Iniciamos una nueva etapa, la confrontación irracional debe extinguirse. Estando al anuncio de la Presidenta de adelanto de elecciones generales para abril del 2024, debe formalizarse la correspondiente convocatoria. En tanto es necesario comenzar a resolver los problemas nacionales.

Sólo con una economía permanentemente sólida se resolverán las necesidades del país y sus habitantes. Por ende, debe fortalecerse el desarrollo económico. Al margen de especulaciones sociopolíticas, para lograrlo es imprescindible, agregado a las inversiones estatales, atraer nuevos empresarios nacionales o no que inviertan aperturando importantes centros de producción de bienes destinados principalmente a los mercados internacionales; ello sin perjuicio que inteligente y racionalmente se fortalezca la producción actual resolviendo de inmediato los impedimentos de producción que afronta la minería.

Los empresarios invertirán en el Perú si se les otorga facilidades y garantiza que no se afectarán sus inversiones. Hay experiencias en el mundo que atrayéndose capitales foráneos convierten a su país en potencias económicas. No se trata de copiar sino de actuar considerando las necesidades peruanas y el mercado internacional. Las nuevas inversiones requerirán de cantidades considerables de la mano de obra que perciban racionales remuneraciones que les permitan sufragar dignamente las necesidades familiares, al margen que generen en sus localidades, no solamente progreso, sino otros centros complementarios de trabajo y comercio local consecuencia del poder adquisitivo de los pobladores.

Sin el fortalecimiento económico nacional no desaparecerá la informalidad y la pobreza. Este es el primer reto que requiere el trabajo organizado, coordinado, consciente, honesto y permanente no solamente de los políticos que actúan en los Poderes estatales, sino de “ministros”, funcionarios y servidores públicos. Los trabajadores permanentemente están aptos para aportar su disciplinada capacidad laboral para desempeñarse en sus actuales puestos de trabajo y en los nuevos que se creen debido a la apertura nacional a los empresarios inversionistas. Con lo que se ha vivido, esto no es fácil; por tanto, el nuevo gobierno nacional está obligado a invitar públicamente a los empresarios que salieron del país y a nuevos para que aquí inviertan capitales asegurándose las imprescindibles garantías legales y económicas. Para ello el Legislativo, sin “encontrar” confrontaciones está obligado a dictar las normas legales que sean pertinentes.

La primera meta es el crecimiento económico peruano. Se obtendrá nuevos recursos para resolver otras necesidades de la población y atender dignamente las necesidades de subsistencia familiar.

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