Soy testigo del esfuerzo de académicos rigurosos del sur del Perú, que vienen luchando desde hace algunos años contra esta narrativa falaz, entre ellos Gary Martín Osorio Soto, afirmando que, el falso argumento aymarista, como tantos otros mitos de la historia nacional, ha creado e idealizado, rebuscando y fantaseando argumentos de primigenia relación con la historia del sur del Perú. Tales afirmaciones, a la luz de la evidencia científica, se caen por sí mismas. Por lo que, defiende la posición de rechazo total a la tentativa de imposición del aymarismo ideologizado. Nunca existió una nación aymara, no hay antecedentes arqueológicos ni históricos de ello, tampoco son originario del Collasuyo como afirma su narrativa. Sin dejar de lado que, la famosa "whiphala aymara" es una invención que resulta estéticamente horrible.
INDIGENISMO = NEO MARXISMO POST MODERNO.
Los marxistas en los años 60 venían esperando a que llegue la revolución mundial del proletariado y esta nunca llegó, por lo menos no como ellos esperaban, pese a que los países capitalistas estaban económicamente cada vez mejor y se comprobaron las atrocidades cometidas en la URSS y la China comunista. Lo anterior se convirtió en una crisis de fe dentro del marxismo clásico, por lo menos a nivel académico.
Lo que pasaba alrededor de esos años es que la filosofía estaba en un lugar muy escéptico epistemológicamente, pero al mismo tiempo la izquierda radical atravesaba una crisis sobre qué se supone que debía hacer, ahora que sus sueños en el viejo ideal marxista habían fracasado.
Lo que hicieron jóvenes marxistas comprometidos con su política comunista, entre ellos: Derrida, Foucault, Lacan, Lyotard, Rorty, entre otros, fue inteligente, cambiaron de estrategia, creando una nueva narrativa, una nueva agenda. El punto es que esta nueva narrativa fue diseñada por estrategas filósofos. Estos fueron filósofos escépticos subjetivistas respecto del conocimiento epistemológico (base del postmodernismo).
Los jóvenes marxistas fueron incapaces de dejar su cuasi religión marxista a pesar que la evidencia empírica demostró que ese ideal era un verdadero fracaso, no pudieron dejar atrás esta profunda parte de su identidad y se aferraron a creer en lo que ellos creían, y eso significaba que debían encontrar alguna forma de deshacerse de la lógica, la evidencia y el compromiso con la razón. Lo anterior fue continuado por sus seguidores en todo el mundo hasta la actualidad, ubicados en la extrema izquierda del espectro político.
Estos jóvenes ideólogos elevaron un compromiso subjetivo con algo que se cree que es verdad por encima de la razón. Limitan la razón, crucifican la razón, dejan de lado la razón, todo para rejuvenecer cuestiones personales de fe. Esa misma psicología fue llevada a la política, porque no hay forma de dar una explicación racional a la superioridad económica del socialismo sobre el capitalismo.
En vista a que el marxismo económico se ve desacreditado por la evidencia empírica, mediante un juego de artimañas cambiaron de marco al post modernismo, entonces surgieron las políticas identitarias colectivistas, una de ellas el indigenismo radical, importándose estas ideas de Francia y otros países europeos a Estados Unidos y Sudamérica, tomando ideológicamente las universidades (facultades de humanidades y ciencias sociales principalmente). Sin embargo, la evidencia demostraba que el marxismo era un fracaso, la batalla en el campo económico había fracasado.
Entonces, ya no era popular ser marxista, lo que significaba en su momento enfrentar al proletario con la burguesía, entonces nace la idea de poner en conflicto a “oprimidos vs los opresores”, abriéndose el camino para identificar una infinidad de grupos o colectivos identitarios como oprimidos y opresores. Continua la narrativa marxista con un nombre diferente, ya no se trata de economía, ahora se trata de PODER, y todo se trata de poder, por eso es tan peligrosa esta ideología, porque si solo se cree en el poder, la única motivación es acumular todo el poder para uno mismo. Desaparece la lógica, la investigación, no hay negociación, no hay dialogo, no hay discusión, no hay encuentro de mentes, ni mucho menos consenso. Para comprender la situación actual hay que entender el papel que juega el postmodernismo, que es la nueva piel en la que el viejo marxismo habita.
Si no existe nada más que PODER, eso le da cierto derecho a estos colectivos identitarios de ejercer su poder en la creación del tipo de ser humano que su visión utópica dicta, y es una justificación a la afirmación post moderna de que todo es una construcción lingüística y social, que se reduce a la noción de poder que tanto obsesionó a Derrida, Foucault, Lacan, Lyotard y Rorty. Ellos quieren todo el poder y nada los limita, ni la biología, ni la historia, todo es cultural y puede ser manipulado. Entonces, la ideología neo marxista post moderna es una mitología fragmentaria, de ahí obtienen su poder psicológico y arquetípico, succionando la vitalidad de la cultura.
El indigenismo aymara es una variante de este neo marxismo post moderno, sin sustento arqueológico e histórico alguno, tratando de buscar y acentuar las contradicciones, ya no es el proletario vs el burgués (marxismo clásico), ahora es el indígena vs el occidentalizado opresor (limeños vs puneños) (costeños vs serranos)
AYMARAS EN EL SUR DEL PERÚ
Historiadores rigurosos del sur del Perú vienen luchando desde hace una década contra esta narrativa falaz, entre ellos MARTÍN OSORIO SOTO, afirmando que, el falso argumento aymarista, como tantos otros mitos de la historia nacional, ha creado e idealizado, rebuscando y fantaseando argumentos de primigenia relación con la historia de Tacna y el sur del Perú. Tales afirmaciones, a la luz de la evidencia científica, se caen por sí mismas. Por lo que, defiende la posición de rechazo total a la tentativa de imposición del aymarismo ideologizado. En ese sentido, tomaré prestadas algunas de sus palabras.
Desde inicios de los 90 Tacna y otras ciudades costeras del sur del Perú fue el destino de una fuerte migración de aymaras provenientes del departamento de Puno. En la actualidad los aymaras y sus descendientes, suelen afirmar ser "originarios" de Tacna y la zona sur del imperio Inca. También afirman ser descendientes de Tiawanaku. No obstante, NO HAY EVIDENCIA ARQUEOLÓGICA ALGUNA AL RESPECTO.
Además, análisis genéticos, desmienten "El aymarismo originario". La evidencia arqueológica - genética, establece, que no hay relación alguna, entre lo aymaras y tiawanakus, menos de ser originario de éstas áreas geográficas.
La evidencia, demuestra lo siguiente:
1. Lo derivado de tiawanaku es Puquina - Quechua.
2. El poblamiento de la zona sur del Perú, Norte Argentino y Chileno, tiene características propias - NO AYMARAS.
3. Lo aymara deriva del Chaco Boliviano.
Se puede afirmar al aymara como una cultura propia desde la perspectiva de filiación y asimilación; y no, debido a qué, el aymara haya fagocitado culturas, civilizaciones e idiomas anteriores a la propia existencia del aymara. EL AYMARA, NO ES UNA ETNIA PROPIA DEL SUR DEL PERÚ O EL IMPERIO DEL TAHUANTINSUYO; SINO, QUE ENCONTRAMOS SU GÉNESIS EN LA SELVA DE BOLIVIA. Según el mismo estudio del ADN, se evidencia, que no existe relación entre los Tiawanakotas y los aymara; con lo cual, la dialéctica planteada por diversos ideólogos del indigenismo aymara se refuta por carecer de evidencia física a nivel de: presencia, recurrencia y continuidad.
En tal sentido, la evidencia demuestra la derivación de Tiawanaku la presencia del Puquina; y del posterior imperio Inca. Desde la mitología y cosmovisión del incario, los pueblos circundantes a la meseta del Collao, dieron paso a la panaca imperial Inca, esta panaca, estaba compuesta por vínculos culturales, sociales, económicos y codependencia, por tanto, esta elite, que dio origen al incario, era la Puquina, tal y como refieren (Cerrón Palomino, 2013) (Rostworosky, 1988); quienes abordan largamente el linaje puquina en el reino del Collisuyo como fuente matriz cultural y social del habitante sureño del Imperio Inca, especialmente en las zonas al sur de Arequipa hasta Tarapacá y el Sur – Norte boliviano y norte argentino, zona la cual, era de presencia Tiawanaku directa.
Los aymaristas ideologizados tienden a nombrar a los Lupacas como precursores aimaras y herederos Tiawanaku, no existiendo evidencia material para sustentar ello; por el contrario, se encuentra una involución de Wari al norte del Collisuyo, que da cierto soporte fonético al aymara, más no la génesis de este. La dinámica social entre las etnias del Antisuyo y las civilizaciones forjadoras de la costa, pueden haberse retroalimentado por el intercambio de productos desde el Pano Boliviano hacia la costa y viceversa, con lo cual, la apropiación de vocablos y medios productivos y sistemas culturales, promovió la formación de identidad cultural de diversas etnias, que decantarían en el aymara, mas no siendo una etnia originaria, pues, no hay evidencia cerámica, productiva propia de esta. POR TANTO, EL AYMARA, NO ES PROPIO DEL SUR DEL PERÚ.
Estudios semiológicos y toponímicos realizados por (Cerrón Palomino, 2013) y (Osorio Soto, Almagro el gran desconocido: Crónica de la fundación española de Tacna, 2021), establecen los orígenes toponímicos de Tacna en consonantes puquinas. Utilizando el Códice Morúa (1616) y la Crónica de Cantos de Andrade (1568) quienes hicieron el diccionario español puquina – o como refiere Cerrón Palomino, citando a Morúa – “Diccionario del canto Puquina”, se evidencian los términos como: Llariacsa, Intiurkutu, Pukllay, Yaradaguaya, Pallagua, Ari-Untu, Ilawaya, entre varias otros, que son de origen puquina.
LA WHIPHALA AYMARA ES UN MITO
La Whiphala, según los indigenistas aymaras, es un símbolo propio. La evidencia documental refiere que, la Whipahala como la conocemos, fue creada por el Sindicato de Tupiza en Bolivia, durante el siglo XX. Los aymaristas ideologizados deberían leer a los cronistas de la época, que los cita como: "Mitimaes, reasentados" (crónicas jesuitas y de Huamanpoma). Por tanto, la whiphala aimara no existe, como refiere (Rodas Ayllon, 2019), Evo Morales en su primer mandato impulsó la whiphala como elemento discursivo y simbólico, en un contexto indigenista para presentar al presidente Evo Morales como el presidente del pueblo, como presidente de los pueblos indígenas. Por tanto, la desconexión de la realidad histórica sobre la realidad dialéctica de la Whiphala aymara, es una construcción moderna y poco real.
El blasón imperial inca – símbolo original del imperio incaico -, perduró hasta finales del siglo XIX, y reconocido como estandarte real inca, por la corona española; y siendo utilizada por el Inca Dionisio Tupac Yupanqui hasta 1816. Dicho blasón, estaba compuesto por el Titi (Felino solar puquina), los Amarus (Serpientes del destino) y el Arcoiris (propia cosmovisión del Hanan pacha y urkupacha del Incario). Sin embargo, encontrándose el símbolo del Titi, como una representación del Wiracocha, como refiere (López Vegara, 2016).
Autores como (DE LA VEGA, "Comentarios reales de los Incas", 1598), refieren a la Whiphala como un estandarte; y no como bandera. Sobre su uso en épocas modernas, difiere mucho de los condicionantes rituales dadas en el incario para su uso. La whiphala o Blasón imperial, era un símbolo odiado por las etnias mitimaes del imperio Inca, entre ellos los aymaras. En el mismo sentido (GUAMÁN POMA DE AYALA, 1615) (DE MURÚA, 1616) (CIEZA DE LEÓN, 1553), en su crónica hacen una distante relación del uso simbólico del blasón con el uso actual de la “whiphala” aymara.
En época colonial, el símbolo desvirtuado del blasón inca fue usado por Tupac Amaru II – quien era mestizo y de clase noble como refiere (Von Humboldt, 2003) -, y Tupac Katari en Bolivia, sobre estos, su derrota fue un triunfo de los mismos indígenas del sur del Perú y del Alto Perú, que eran realistas. (Osorio Soto, "Del Aspa de Borgoña a la bandera del Perú", 2021).
REVALOREMOS NUESTRA REAL HISTORIA, QUÉ NO TE VENGAN CON "CUENTOS MESIÁNICOS".
BIBLIOGRAFÍA:
Más información sobre esto pueden encontrar en las investigaciones de la Revista INTIURKU de la Asociación de Estudios Históricos de Tacna.
Cerrón Palomino, R. (2013). Las lenguas de los Incas: el puquina, el aimara y el quechua. Peterlang, 386-401.
CIEZA DE LEÓN, P. (1553). "Parte primera de la crónica del Peru : que tracta la demarcacion de sus prouincias, la descripcion dellas, las fundaciones de las nueuas ciudades, los ritos y costumbres de los indios. Y otras cosas estrañas dignas de ser sabidas". Sevilla: en casa de Martin de Montesdoca.
COBOS, B. (1892). "Capitulo XVIII: Pruebase lo mismo con otros indicios". En B. Cobos, "Historia del Nuevo Mundo" (págs. 101-110). Sevilla: Rascos.
DE LA VEGA, G. (1598). "Comentarios reales de los Incas" (Vol. 1). Cuzco, Perú. Obtenido de http://biblioteca.clacso.edu.ar/.../Comentarios_reales_1...
DE LA VEGA, G. (1617). "Historia General del Perú" (Lima SGC 2019 ed.). Córdova, España. Obtenido de http://shemer.mslib.huji.ac.il/lib/W/ebooks/001531298.pdf
DE MURÚA, M. (1616). "Historia General del Perú". Madrid, España. Obtenido de http://www.biblioteca-antologica.org/.../MURUA-Historia...
GUAMÁN POMA DE AYALA, F. (1615). "Nueva crónica y buen gobierno". Guamanga, Cuzco, Cuzco: Lohmann. Obtenido de http://biblioteca.clacso.edu.ar/.../Nueva_coronica_y_buen...
López Vegara, L. (2016). El retorno del Viracocha. Lima, Perú: CREATESPACE INDEPENDENT PUBLISHING PLATFORM.
Osorio Soto, G. (2021). "Del Aspa de Borgoña a la bandera del Perú". INTIURKU N°02-2021.
Osorio Soto, G. (2021). Almagro el gran desconocido: Crónica de la fundación española de Tacna. Openscience, 02-25.
Rodas Ayllon, R. (2019). TESIS DE GRADO: "CREACIÓN, RE SIGNIFICACIÓN Y USO DE RECURSOS SIMBÓLICOS Y DISCURSIVOS DURANTE EL GOBIERNO DE EVO MORALES (2006-2019)". Foz da Iguazú: Universidade Federal da Integração Latino-Americana.
Roothhammer, F., & et al. (2014). EN TORNO AL POBLAMIENTO DE LOS ANDES SUR-CENTRALES Y SU VINCULACIÓN CON LA AMAZONIA. INTERCIENCIA, 586-590.
Rostworosky, M. (1988). Historia del Tahuantinsuyo. Lima, Perú: Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
Von Humboldt, A. (2003). "Reise auf dem Rio Magdalena, durch die Anden und Mexico". Berlín/Boston: Walter de Gruyter.
NOTAS A PIE DE PÁGINA.
Roothhammer & et al, 2014, pág. 588.
Cerrón Palomino, 2013, pág. 390. La mitología y cosmovisión en la génesis del incanato.
Volcador de mundos Pacha: Tierra / Qutick: Volcador – Cosmovisión andina (Rostworosky, 1988)
(Rodas Ayllon, 2019) Se toma este trillo del primer discurso presidencial de Evo Morales dado ante el Congreso Nacional de la República de Bolivia; esta frase es tomada por Morales como el “Principal fundamento o valor de los pueblos indígenas”. (STEFANONI, 2014; p 1555).
López Vegara, 2016. El retorno del Viracocha. Pp. 105-120.