Punto de Encuentro

La ministra Norma Lucía Piña Hernández es la primera mujer en ser presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México.

El pasado 02 de enero de 2023, la ministra Norma Lucía Piña Hernández tomo posesión como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN por sus siglas).

Para tener contexto de la importancia de este puesto, la Suprema Corte es el máximo tribunal. Es decir, es el órgano encargado de dirimir las controversias legales más importantes del país.

Por mencionar un ejemplo, si se promueve inconstitucional el aborto, lo decide la Suprema Corte; si te deseas amparar contra una nueva legislación de impuestos, el asunto será resuelto por la Suprema Corte.

Legalmente no existe ninguna instancia superior u organismo por encima de la Suprema Corte.

Ante la duda entre leyes dictadas por los diferentes Estados, los ministros/ministras se reúnen y votan. En otras palabras, es una de las instituciones de mayor envergadura en el país.

Recordemos que México tiene alrededor de 125 millones de habitantes y 32 Estados; en dónde la Suprema Corte emite la última palabra sobre decisiones, leyes y decretos que afectarán a todos y todas.

La Corte está formada por 11 ministros/ministras. Se divide en 2 salas y al reunirse ambas se le denomina Pleno. La persona elegida como presidente dura en su cargo por 4 años y no es reelegible.

El objetivo de la Suprema Corte es ser un contrapeso para el poder ejecutivo y legislativo, es aquel poder encargado de verificar que no existan violaciones a los Derechos Humanos de los conciudadanos/conciudadanas y, detener los abusos, ya sea del presidente o del congreso.

Una vez definida la importancia del puesto que ocupa la ministra Piña, procederé a explicar el berrinche -fiel a sus formas- del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Desde su llegada a la cabeza del máximo tribunal del país, López Obrador y representantes de su gobierno han expresado múltiples críticas contra ella.

La han atacado en diversas ocasiones, porque ella ha manifestado, que sí será un contrapeso real y efectivo.

Lo que ha dicho, produce un total contraste con la actitud del expresidente de la Suprema Corte, el ministro Zaldívar. No es un secreto que el expresidente de la Suprema Corte hacía cualquier cosa que le pidiera el presidente Andrés Manuel.

Esto es deplorable, pues antes de ser presidente de la corte, el ministro Zaldívar era un abogado respetable en el gremio, que impartía cátedra en la Escuela Libre de Derecho. Empero, después de ser cabeza de la Suprema Corte, su actitud, declaraciones y acciones fueron abiertamente opuestas a la Constitución del país y a los objetivos de la propia institución.

Uno de sus pasajes más turbios, fue el solicitar la ampliación, prorroga (o como se le quiera denominar), de su puesto en la presidencia de la Suprema Corte para seguir apoyando las necedades del actual presidente. Situación que progreso y, ahora tenemos una nueva presidenta en la Suprema Corte.

En la conferencia matutina del 20 de enero pasado, esas que emite diario el presidente, expresó que al llegar la ministra a la presidencia, sus allegados han notado la existencia de “más actos ilegales”.

Así de escueto y directo, el presidente atacó de manera flagrante a la nueva presidenta de la Suprema Corte.

La ministra ha dicho a los medios que ella sí velará por las instituciones y la legalidad de su actuar.

A la distancia puede ser una pequeñez, sin embargo, en un país hundido por el hartazgo del PRI y PAN, que fue aprovechado por un partido creado por uno de los sabios que eran parte del PRI, que estuvo en campaña (sin trabajar ni realizar ningún otra actividad) durante 18 años y que hoy es titular del ejecutivo y tiene el poder del Congreso, de la Capital, de la Secretaria de Relaciones Exteriores y de la Secretaria de Gobernación; ósea, el presidente Andrés Manuel, salta a la luz una mujer que, al parecer, no tiene miedo de enfrentar a todas las instituciones y hacer algo por México.

Es de aplaudir doblemente, que en un país sumido en el machismo, con la mayoría de la población en búsqueda de vivir de pensiones o becas sin trabajar, se revele una persona que no le teme al esfuerzo ni a la crítica, en otras palabras...a la grandeza.

Ya hizo historia al ser la primera mujer presidenta de la Suprema Corte; ahora, esperemos que el tiempo pruebe a los mexicanos y mexicanas que la ministra tomará sus decisiones libre de presiones o intereses propios.

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