Punto de Encuentro

Los venezolanos son nuestros tribales

Los venezolanos son nuestros tribales. Ellos son, principalmente, una comunidad cultural cerrada dentro de la sociedad peruana. Entre nosotros, la categoría antropológica “tribalización” y el enfoque de la politóloga Marlene Wind, en su libro “La tribalización de Europa. Una defensa de los nuevos valores liberales”, son de utilidad metodológica. Wind define al tribalismo como el comportamiento de “grupos culturales, étnicos y nacionalistas de tamaño y niveles de organización diversas que aspiran cada vez más a revocar las estructuras internacionalistas creando, fundando o manteniendo sus propios Estados o entidades análogas a estos, al tiempo que (retóricamente o en la práctica) excluyen de ellos a otros”. Los venezolanos tienen un alto sentido de pertenencia, y de enfrentamiento con la sociedad peruana. Se trata de un tema étnico, que impide que la comunidad venezolana se disuelva al interior de la sociedad peruana. Es que, los venezolanos son nuestros catalanes venidos de fuera, son nuestros musulmanes franceses que han reemplazado la religiosidad por lo lumpenezco. Son una de las comunidades más cerradas dentro de Perú, únicamente después de los gitanos. La diferencia del comportamiento social, entre unos y otros, es que los gitanos son muy pocos y los venezolanos son muchos, lo cual los obliga a una interacción social más activa. Los puntos de intersección de la vida cotidiana entre peruanos y venezolanos corresponden normalmente a la esfera de lo público, con exclusión de lo privado, pues casi siempre de dan en lo laboral, en el amor y en el sexo como mercancía. Es más: La investigación acción y diversas entrevistas llevadas a cabo por mi persona, me informan que en este conflicto cultural, los venezolanos confirman su sentido de pertenencia y hasta de autorrealización tanto individual como colectiva.

Los venezolanos son una sociedad en tránsito. Ellos traen una soberanía sustancial dentro de sí mismos. Tal sentido de soberanía hace que: Primero: Viven en Perú, pero sus proyectos de vida, mayormente, no radican en Perú. Hay un alto índice de remesas de los venezolanos en Perú a Venezuela, pero nuestros venezolanos sueñan con volver a vivir en Venezuela. A diferencia de los cubanos de Miami, que también producen un alto índice de remesas a Cuba, pero que saben que han perdido su país. Segundo: No se someten el orden social y jurídico del Perú. Las bandas delincuenciales, como el “Tren de Aragua”, entre otras, también se comportan como tribus, cuyo lenguaje incluye el estereotipo del rechazo al peruano. Una de las formas de su asociación cultural esta hecha para delinquir: el proxenetismo, la extorsión. A propósito, incluso las zonas de prostitución de venezolanas son liberadas, en cuanto a que no permite la presencia de peruanas. Son dueños de las calles. Hay que decirlo: Los venezolanos tienen una constitución física más fuerte que el promedio de los peruanos, y abusan de su fuerza física. Antiguos migraciones extranjeras traían consigo la distinción, por la raza, la educación, y el dinero; pero la migración venezolana ha centrado el conflicto social en la pura fuerza física y delincuencial. Wind encuentra que la actual tribalización es una mezcla de política identitaria, neonacionalismo y antiglobalismo. Los casos más emblemáticos del tribalismo serían los de Gran Bretaña y el Brexit, de Viktor Orbán en Hungría, del PiS en Polonia, y hasta de Cataluña en España. Propiamente, el tribalismo venezolano no consiste en un “tribalismo ideológico” como el catalán, o en un “tribalismo económico” como el musulmán. Para concluir: Las narrativas del conflicto social entre peruanos y venezolanos va más allá de la micro economía y se afinca en factores culturales. Verdaderamente, la comunidad venezolana se ha rearcaizado en el Perú, y los venezolanos son nuestros tribales.

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