Punto de Encuentro

Riesgos de la economía en el Perú el 2024

Por Roberto Rendón Vásquez.

Economistas, entidades financieras, funcionarios públicos y la población en general ha reconocido que también el 2023 ha sido un año de decepción económica que está afectando sobre todo a la población de limitada economía. El crecimiento del PBI el 2023 ha sido sólo del 0.8%, la tasa más baja de las últimas dos décadas. Se atribuye al retroceso de componentes del gasto afectados por el estallido social y anomalías climáticas, así como la severa caída de la inversión privada y las expectativas empresariales debilitadas, menor actividad económica, menor inversión privada y el limitado avance en la ejecución de la inversión pública, lo que ha producido un menor número de actividades y proyectos comparados con los inicialmente planificados. Esta situación podría repercutir en la primera mitad del 2024.

Objetivamente, ante el vocerío y actuar político y la carencia de capacidad de electos para los Poderes Ejecutivo y Legislativo, empresarios privados han huido del país con sus capitales y los inversionistas extranjeros no desean invertir en el Perú por falta real de garantías a sus inversiones. Consecuencias: se han cerrado centros de trabajo dejando sin empleo a trabajadores que han recurrido a la informalidad y/o quedado sin fuentes dinerarias de subsistencia. Por otro lado, debido a la carencia de nuevas inversiones no se generan centros de trabajo para la extracción de nuestras riquezas mineras, agroindustriales, pesca y otras. Con más inversiones se pueden incrementar tales extracciones las que con valor agregado se producirán más bienes para los mercados nacionales y sobre todo los extranjeros. Las actuales empresas, si requirieran más producción para abastecer a los mercados no solamente mantendrían con estabilidad laboral a su personal, sino que requerirán de más trabajadores. Igualmente, las nuevas inversiones que instalen sus centros (fábricas) de producción también necesitaran de más trabajadores estables.

En ambos casos los servidores percibirán racionales remuneraciones y estarán en condiciones de sostener a su familia y proveerlos de adecuada salud, educación para los hijos, vestimenta, recreo y hasta de viviendas, aunque modestas, cómodas. Con sus remuneraciones estarán en capacidad no sólo de comprar suficientes alimentos sino vestimenta, transporte, libros y útiles para estudio que adquirirán en los mercados locales y los comerciantes, a su vez, necesitarán que los productores les provean de los necesario para satisfacer a sus clientes (compradores). Por ende, los productores requerirán producir más y para ello necesitarán de más mano de obra. Es una rueda que crece paulatinamente con repercusión en el crecimiento económico no solamente de los productores, comerciantes sino de sus trabajadores, que finalmente compraran más productos para satisfacer sus necesidades personales, familiares y de la colectividad. Y, más aun, el Estado percibirá más ingresos con los impuestos derivados de dichas compra-ventas y podrá sufragar con eficiencia los servicios públicos.

En indispensable fortalecer la economía privada y estatal. Los “políticos” gobernantes deben garantizar  no sólo con “palabras” sino con hechos  a los empresarios nacionales y extranjeros que inviertan mayores cantidades para establecer centros de producción de bienes y servicios, principalmente para exportarlos. Los productos peruanos minerales, agrarios, pesca, tejidos (de algodón, alpaca, vicuña, cordero), artesanías son muy requeridos el Europa, Norte América, Asia. La cuestión es que con honestidad se debe garantizar las inversiones de extranjeros. Para ello debe cambiarse radicalmente el comportamiento político de electos y candidatos para evitar espantar a empresarios inversionistas y que la pobreza perjudique a nuestra población. Necesitamos no solamente conservar los actuales centros de producción sino incrementarlos constantemente para que haya una permanente necesidad de más trabajadores con remuneraciones racionales. Sera una contribución para extinguir la informalidad y la pobreza.

Políticos, empresarios, trabajadores y toda la población debemos trabajar para que en el 2024 nuestro crecimiento del PBI sea de más del 3% y no sólo el 3% como lo prevé el Banco Central de Reserva del Perú en un escenario de estabilidad sociopolítica y macroeconómica. Debemos hacer el esfuerzo que nuestro PBI del 2024 no sea simplemente lo que proyectan el Fondo Monetario Internacional (2.7%), el Banco Mundial (2.3%) o el Instituto Peruano de Economía (1.9%.).

¡Combatamos la incertidumbre, la inflación, recesión y la devaluación de nuestra moneda! ¡Bienvenidas las nuevas inversiones para generar más empleos!

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