El artículo de opinión es un género legítimo del análisis político académico, sobre todo de coyuntura. El articulismo adquiere validez politológica y, en general, académica, cuando contiene los lenguajes de la doxa y la episteme, del primer y segundo orden. Defino este género escritural a partir de la siguiente metáfora: El artículo de opinión política es como una carreta cuya carga mínima son la clave teórica y el objeto de estudio empírico, y que marcha mínimamente tirada por dos caballos, el de la lógica y el de la figura literaria. La carreta y los caballos, juntos y en movimiento, construyen el enfoque y realizan la operacionalización de los conceptos. He aquí algunas pequeñas conjeturas y refutaciones, al campo politológico y académico en general: Primero: Si bien el libro, el ensayo y el artículo académico deben crear teoría política general; el ensayo y el artículo de opinión pueden crear teoría política previa. Segundo: Si bien el libro y el artículo académico deben trabajan con estrategias y técnicas de investigación científica, y hasta operacionalizan variables; el ensayo y el artículo de opinión pueden ser construidos con las lógicas de la definición, la clasificación, y la operacionalización de los conceptos. Tercero: Si bien los libros y artículos académicos deben ser valorativos, pues la ciencia política es normativa por naturaleza; el ensayo y el artículo de opinión pueden tomar posición política concreta, y más: pueden ser propagandísticos. Algo más: En política todo es lenguaje, pero el lenguaje político escrito no se pesa. La diferencia en el tratamiento de los conceptos entre los diversos géneros escriturales del análisis político, y la cantidad de palabras que se emplean en la obra, no pueden ser argumentos en sí mismos. En verdad, son fetiches para legitimar el libro y artículo académico, y deslegitimar el ensayo y el artículo de opinión. La economía de lenguaje del artículo es una lógica, una técnica, y hasta una virtud. Pensemos los géneros del análisis político en analogía con los géneros de la literatura: La gran novela no tiene mayor legitimidad que el cuento, ni el cuento tiene mayor legitimidad que el micro relato. De alguna forma, se podría decir que el artículo de opinión es al ensayo, lo que el cuento a la novela. En el análisis político, como en la literatura, cada género tiene su valor. A propósito: En el artículo de opinión, ocurre que las figuras de la literatura y las técnicas narrativas, sobre todo del cuento, también devienen en lógicas que sirven para pensar la política.
El artículo de opinión tiene su tradición propia, y los articulistas tienen su lugar propio en el análisis político y hasta en el pensamiento político. El lenguaje de la brevedad tiene un lugar, por el fondo, en la filosofía; y, por la forma, en la ciencia política. Recurramos a las lógicas fundantes de la filosofía y de nuestros abuelos los filósofos, y de la ciencia política y de nuestros padres los behavioristas: Aristóteles escribió su Órganon en ocho libros, pero Ludwig Wittgenstein escribió su Tractatus logico-philosophicus en aforismos. La ciencia política se hizo ciencia por el Círculo de Viena y el Wittgenstein fragmentario, y puede enriquecer su canon por el articulismo de opinión y su escritura fragmentaria. Por cierto, el campo del articulismo está cohabitado legítimamente por analistas políticos politólogos y no politólogos que, incluso, llegaron primero: Es decir, el articulista de opinión Francisco Miró Quesada Rada tiene como contemporáneo a César Hildebrandt, y como antecedente a Clemente Palma. La condición primera para escribir un artículo de opinión política es definirlo: Saber cargar de teoría la carreta, y tirar los caballos de la lógica y la literatura.