Un irracionalismo arrasa Occidente, lanzándose en contra de aquellos valores que sostienen la sociedad. La ciencia, se encuentra bajo el asalto de una mentalidad que renunció a las evidencias y las leyes de la lógica. El irracionalismo proviene de corrientes intelectuales cuyas ideas han conseguido tomar principalmente las facultades de ciencias sociales y humanidades de las mejores universidades del mundo.
Karl Popper afirmó que “el relativismo es uno de los mayores delitos que cometen los intelectuales”, pues constituye una “traición a la razón y a la humanidad”. Por relativismo, Popper se refería esencialmente a la idea de que no es posible estar en la verdad porque esta misma sería una cuestión en sí misma subjetiva. Al destruir la noción de verdad, a la cual podamos aproximarnos, todo lo que queda, advirtió Popper, es la tiranía del pensamiento derivado de los impulsos y emociones más primitivas de la naturaleza humana.
El posmodernismo (neo marxismo post moderno) ha sido la doctrina más relevante en el deterioro de la vida académica y de la esfera pública como espacios de diálogo racional. Si no hay nada verdadero, disciplinas como la biología y la historia no serían más que narrativas de un determinado grupo humano compitiendo por establecer dominación sobre otros.
La crisis de Occidente es de tipo epistemológico y su origen se encuentra en el avance del pensamiento progresistas (neo marxista postmoderno) en las ciencias sociales y humanidades. Es la pérdida de las humanidades (disciplinas que se desarrollaron por siglos con el objetivo de mitigar el sufrimiento humano), lo que explica en parte el deterioro del diálogo racional y el incremento de un irracionalismo que visiona la vida en sociedad desde una perspectiva en términos de opresores y oprimidos. Roger Scruton lo calificó como una “nueva era de oscuridad”.
La razón y la palabra ordenan el mundo y las sociedades que funcionan son las que respetan el libre albedrío, y parte del respeto que les das a los demás es hacerlos responsables de sus actos si haces algo malo, como cuando haces algo bueno, eso es necesario. Cuando se hace algo bueno no se puede atribuir a que estaba predeterminado y que las decisiones personales no tuvieron nada que ver.
Nos aferramos a la razón, nos aferramos a las palabras, para obtener identidad y poder como personas, como individuos, por lo tanto, cualquier intrusión hacia la palabra (logos), tratando de imponer al individuo cómo usarla, es obsceno y vil. El logos (razón, palabra, discurso) trae el orden a través del discurso comunicativo y eso está alineado estrechamente con nuestra alma, y nadie tiene el derecho bajo ninguna circunstancia de infringir en contra de ello.
Nosotros como seres humanos somos la potencialidad de algo grandioso gracias a la consciencia, podemos transformar positivamente nuestro entorno en algo de increíble valor. Inclusive la clave angular de nuestro sistema jurídico es la consciencia de la divinidad del ser humano. Tardó miles de años evolutivos para que el hombre entendiera que el individuo tiene un valor trascendente.
Ese principio trascendental es el respeto por la supremacía de la conciencia individual, y lo que va de la mano con ello principalmente son los derechos individuales, esa es la razón por la que tenemos derechos individuales, sin dejar de lado la responsabilidad que lleva el ser un individuo, en lugar de ser el miembro de un grupo, sobre todo un grupo victimizado.
Ahora a todos se les enseña a ser víctimas y nadie tiene noción de que la tragedia es parte de la vida, la vida es sufrimiento, y el hecho que la vida descanse sobre cimientos de sufrimiento no debería ser tomado de manera personal, se debe asumir responsabilidades al respecto, en vez de culpar a otros y acumular resentimiento. Estamos en una época del completo abandono de la responsabilidad personal, la conciencia simbólica, el logos (Jung, Neumann) de occidente ha sido abandonado.
Para entender de qué trata la revolución de la conciencia debemos remitirnos a las ideas de Carl Jung, se trata de una manera de ver el cosmos en términos mitológicos y místicos. La contribución de Jung continuó lejos de las universidades. Quienes tienen el control de las universidades son gente de carrera y su intento es aferrarse a un sistema. Debemos retornar a la identidad como producto de la conciencia, la cual trasciende género, transciende todas las divisiones de raza y etnicidad, la conciencia misma, no hay noción de eso ahora en la academia, menos en los medios de comunicación y redes sociales.
Volver a la idea de sensibilidad humana que trasciende individuos y naciones, conciencia cósmica, noción del universo como unidad, y de ver al ser humano en relación a grandes principios eternos, como la vida y la muerte, la mortalidad, y sobre todo negar el neo marxismo post moderno (progresismo), el cual es ciego, muy limitado, todo lo que ve es una sociedad, porque no ve nada más allá de la sociedad, no ve la naturaleza, es un elitismo sistematizado, el neo marxismo post moderno es una forma ociosa de imponer multiculturalismo, sin haber hecho el estudio y la investigación de otra culturas.
Manolo Velarde
Junio 2024