Por Roberto Rendón Vásquez.
Es conocido que el Perú exporta, entre otros, diversos frutos a los mercados europeos, norteamericanos y asiáticos. Son muy requeridos por su variedad, calidad y precios.
Nuestro país es privilegiado por tener casi la totalidad de microclimas terrestres que permiten el cultivo de frutas excelentes. En nuestros mercados citadinos todo el año ofrecen piñas, naranjas, mandarinas, paltas, mangos, manzanas, uvas, papayas, plátanos, duraznos, sandias, arándanos, etc., cuyos precios no son altos. El pueblo se beneficia. En otros países son frutas “de estación” o las importan.
Esto evidencia que la agricultura se viene desarrollando no solamente para seguir produciendo nuestras legendarias papas (en variedades – únicas en el mundo –), quinua, yuca, y otros tubérculos, verduras, variedades de ajís, limones, los sabrosos café y cacao y muchas otras. Igualmente se han mejorado la calidad de los frutos (naranja, mandarina, plátanos, chirimoyas, paltas, uvas, etc.). Dada la variedad de climas en diferentes zonas (provincias) se producen frutos de tal manera que todo el año se los provee a los mercados. Este hecho ha permitido que también en el transcurso del año se exporte la producción agrícola a diversos países y continentes.
El desarrollo de la actividad agrícola está mejorando constantemente. No sólo hay utilización de nuevos campos de cultivo (irrigaciones) que determina el incremento de la cantidad producida para cada especie, sino que requiere de mayor cantidad de agricultores que son trabajadores dependientes y subordinados a un empleador (que puede ser una persona natural o jurídica) que a su vez están especializándose y modernizándose. Hay un progreso económico. Pero, además, se requiere adiestrar (capacitar) a los agricultores y trabajadores que embalan los productos para remitirlos a los mercados locales.
No perder de vista que uno de los beneficios que hay en esta actividad, es que, además, está desarrollándose e incrementando la actividad económica y laboral en los campos de cultivo y los centros de selección y embalaje de los productos agrícolas destinados a los mercados locales y para los que se exporten. Son actividades especializadas. Esta actividad económica requiere de gran cantidad de mano de obra adiestrada, con trabajo permanente y debida y razonablemente remunerada. Si hay más cultivos y más pedidos (compras) del extranjero, se necesitara mayor cantidad de mano de obra remunerada. No dejar de considerar que en las labores agrícolas y de selección se están empleando muchas mujeres trabajadoras que son excelentes en su especialización. También la ganadería está mejorando.
Por tanto, es necesario el crecimiento de la agricultura con más inversiones económicas y áreas de cultivo debidamente tecnificadas y con el empleo de maquinaria especializada, así como el perfeccionamiento de los agricultores y trabajadores de centros de selección y embalaje.
La exportación es una mejora económica para los empresarios, los productores, los trabajadores agrícolas y de centros de selección y embalaje. Y, por cierto, el Estado percibe los impuestos. A mayor producción se requerirá más inversión económica, cada vez más trabajadores y el destino de lo producido serán los mercados extranjeros. A más pedidos de los importadores habrá que incrementar la producción.
Dentro del desarrollo nacional la producción agraria para la exportación tiene que ser constante. Corresponde a los gobernantes (de todos los periodos) preocuparse para que cada vez haya más irrigaciones en todas las Regiones para que, no solamente produzcan para los mercados locales sino para exportar. El Estado debe incentivar que haya mayores inversiones en la agricultura (modernizada) para que produzcan mayores cantidades de frutos con los que se generaran más empleos en las regiones del país ocupando más trabajadores de campo, selección, empaquetado y transporte de frutas destinadas a los países compradores de nuestra producción frutera. Los ingresos de la fruta exportada incrementarán las divisas; también generará mayor recaudación de impuestos.
Al Estado también corresponde edificar centros educativos especializados en la agricultura, actividades derivadas y ganadería para perfeccionar a nuestros estudiantes adolescentes y jóvenes. Estos se merecen mayor atención de parte de los respectivos Ministerios. Debemos tener la visión de conducir educativamente a nuestros futuros agricultores. Estos desarrollaran y mejoraran la agricultura y la ganadería porque son actividades laborales en los campos. La producción ganadera también satisface a nuestra población.
¡Desarrollemos más nuestra agricultura y ganadería!