Punto de Encuentro

Dina, la impopular chica plástica

Dina Boluarte es la presidenta con peor imagen pública en Sudamérica. Le gana la punta incluso a Nicolás Maduro. Parece que Chávez, en forma de “pajarico chiquitico”[1], le dio el secreto al venezolano para que la impopular Dina encabece tan nefasta lista.

Dina empezó mal su gestión, con mentiras: dijo que, si vacaban a Pedro Castillo, se iba con él[2]. A Castillo lo vacaron hace años y Dina sigue ocupando (precariamente) la Presidencia de la República. Su ignorancia sumada a la incapacidad de armar equipos con profesionales calificados y preferir rodearse/regodearse de colaboradores torpes y licenciosos, su superficial frialdad, todo ello ha logrado, entre otras cosas, acelerar su menguada impopularidad. Y parece que a ella no le importa[3]. El “dinismo” nunca existió, jamás existirá y pasará al olvido histórico. Triste homenaje que la primera mujer peruana en ocupar la presidencia sea esta irresponsable y oportunista hija de Challhuanca[4].

¿Existen razones que expliquen esta situación más allá de la pésima performance política de Boluarte? Vamos a intentar elaborar una hipótesis: Es probable que la culpa sea de Dina, pero también son responsables de este descalabro el sector político que (interesadamente) la sostiene y, por último, de factores estructurales que explicarían la baja aprobación de los últimos y efímeros presidentes peruanos.

  1. Razones inherentes a Dina: a la ya mencionada frivolidad hay que sumarle el desinterés por los problemas reales, una notable falta de reflejos para hacer una lectura adecuada del momento político y una peligrosa irresponsabilidad que empieza a erosionar la estabilidad macroeconómica.
  2. Razones coyunturales (más allá de Dina): el ascenso al poder por parte de Pedro Castillo llenó de miedo a la élite política, fundamentalmente limeña. Cualquier cosa antes que Castillo es la consigna. Incluso manteniendo en el poder a una persona sin capacidades como Boluarte. Cierto sector, si pudiera, le daría a Vladimiro Montesinos su antiguo puesto para controlar la inseguridad ciudadana. Lo paradójico es que probablemente lo haría mejor que los actuales funcionarios de Boluarte y sus aliados en el congreso. Los políticos tienen miedo, quieren evitar el ascenso de otro Pedro Castillo (o quizás un retorno del, por ahora, encarcelado profesor chotano).
  3. Razones estructurales: La destrucción de los partidos políticos, por problemas propios y ataques ajenos, agravaron la crisis política en la que naufraga la democracia peruana. La realidad es que Perú es un país sin tradición democrática, ello como consecuencia de años de autoritarismo político y falta de educación política. Si consideramos que en las últimas décadas solo tuvimos/tenemos un corto interregno democrático (el actual, que empieza luego de la caída de Alberto Fujimori, excluyendo además la década de los 80, con un país jaqueado por el terrorismo, la crisis económica internacional y la herencia de un estado paquidérmico postVelasco), el mismo que se prolonga hasta nuestros días, no es difícil afirmar que la vida democrática o lo que el presidente García llamó “la promesa de la vida peruana” no tiene como horizonte la construcción de un sistema político democrático. El país vivirá su “crecimiento económico” con cimbronazos políticos, algo parecido a nuestro alter ego asiático, Corea del Sur, pero como diría Boluarte, con su “chifa e Inca Kola[5]”. No podemos dejar de mencionar la traición de los últimos gobernantes, quienes fueron electos con remera roja y gobernaron con remera blanca para satisfacción de los dueños del país. Los políticos son meros administradores y bajan cabeza cuando se trata de parar la rapacidad de los poderes fácticos. Por eso todos terminaron con bajos niveles de popularidad: prefirieron asumir el desgaste y el consiguiente costo del capital político antes que emprender reformas urgentes.

Las innumerables cirugías a las que se sometió Boluarte le cambiaron el rostro. Su cara parece una efigie, pero de plástico. Que Boluarte siga en el poder es una ofensa para todos los peruanos. Hay que estar atentos y señalar con el dedo a todos aquellos que sostuvieron este gobierno disoluto y vulgar. Por todo ello, la famosa canción de Rubén Blades no se equivoca y tiene más vigencia que nunca en el Perú de nuestros días:

Ella era una chica plástica

De esas que veo por ahí

De esas que cuando se agitan

Sudan Chanel number three

Que sueñan casarse con un doctor

Pues él puede mantenerlas mejor

No le hablan a nadie si no es su igual

A menos que sea fulano de tal

Son lindas, delgadas, de buen vestir

De mirada esquiva y falso reír[6]

Enlaces

[1] https://www.youtube.com/watch?v=qv5dAqSS0XU

2 https://www.youtube.com/shorts/5ctQMc8zCPQ

3 https://www.youtube.com/shorts/Uxupjfnyi0U

4 https://www.youtube.com/watch?v=c6Im7aDkFd4

5 https://www.youtube.com/shorts/ClRdZHcuqSM

6 https://www.youtube.com/watch?v=pM_CjC4V7mc

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