El domingo 16 de noviembre casi 14 millones de ecuatorianos debían concurrir a las urnas para votar en un referéndum y una consulta popular impulsados por el presidente Daniel Noboa, con el objetivo de modificar el marco político y constitucional del país. Se trató, como dicen los analistas, de una consulta ciudadana vinculante llevada a cabo en un contexto inédito de violencia, desatado por el ascenso del narcotráfico y las bandas criminales. Y es que como se sabe, desde la declaración de conflicto armado interno, las bandas criminales son consideradas como grupos terroristas, pero el aumento del número de homicidios hace de este año el más violento en la historia de Ecuador, según cifras oficiales.
Las preguntas de la consulta
Al respecto, es importante recordar cuáles fueron las preguntas que formaron parte de este referéndum y consulta popular:
Los resultados
Ahora bien, luego de conocidos los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE), al 95% del escrutinio realizado, podemos afirmar que los ecuatorianos rechazaron las reformas constitucionales promovidas por el gobierno de Noboa en estos comicios. Eso quiere decir que el NO se impuso de manera categórica en las cuatro preguntas impulsadas por Noboa.
Para un mayor detalle podemos indicar que el 60% votó en contra de que se elimine la prohibición de establecer bases militares extranjeras o instalaciones extranjeras con propósitos militares. Asimismo, el 58% votó en contra de que se elimine la obligación del Estado de asignar recursos del Presupuesto General del Estado a las organizaciones políticas. Además, el 53% voto en contra de reducir el número de asambleístas. Por último, el 61% votó en contra de que se convoque e instale una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución. Cabe precisar que, según datos oficiales del CNE, estos comicios contaron con una participación superior al 80% del padrón electoral.
La palabra de los actores
Una vez conocidos los resultados, y tras conocer el rechazo de sus 4 propuestas Noboa publicó en X el siguiente mensaje: "Estos son los resultados. Consultamos a los ecuatorianos y ellos han hablado. Cumplimos con lo prometido: preguntarles directamente. Nosotros respetamos la voluntad del pueblo ecuatoriano".
Más allá del resultado, es importante destacar la actitud de Noboa. Respetar los resultados electorales es una de las reglas más importantes en una democracia. Y lo es más en este caso pues el presidente se había esforzado por convencer a los electores de los beneficios de sus propuestas, sobre todo en lo referido a la lucha contra el crimen organizado, que se ha convertido en el principal problema de Ecuador en los últimos años. Es más, el presidente en un claro gesto de proselitismo político a favor de sus propuestas, días antes de la jornada electoral, acompañó a la secretaria de Seguridad Interior de USA, Kristi Noem, en su visita a la antigua base de Manta, donde fuerzas norteamericanas permanecieron estacionadas hasta 2009, cuando el gobierno del ex presidente, Rafael Correa, decidió poner fin al acuerdo bilateral con USA para su uso compartido.
Por su parte, su rival y lideresa de la oposición, la correísta Luisa González, festejó los resultados y dijo ante sus partidarios y medios de comunicación en la sede de su partido en Quito lo siguiente: “Lo ocurrido hoy en el referéndum es el resultado de sembrar odio entre los ecuatorianos”. Además, cabe señalar que la campaña por el NO, además de contar con el movimiento correísta Revolución Ciudadana, que lidera González, también sumó a la fuerte Confederación de Nacionalidades Indígenas, que, junto a diversas organizaciones sociales y sindicales, lograron -en menos de 15 días- que la ciudadanía rechace las 4 propuestas presidenciales.
¿Cómo explicar el duro revés de Noboa?
Ahora bien, más allá de lo que las urnas han dictado, lo cierto es que ni el más pesimista en el gobierno pensó que el NO vencería en las 4 propuestas impulsadas por el presidente, más cuando las encuestas (casi todas) proyectaban un resultado completamente diferente. ¿Qué pasó? Es la pregunta que trataremos de responder.
Desgaste electoral e inseguridad
Partamos diciendo que los electores ecuatorianos llegaron agotados a estos comicios. Recordemos que Ecuador ha tenido 3 elecciones en este año y 7 elecciones en los últimos dos. Además, la jornada electoral se llevó adelante en un clima de temor bajo la sombra de los ataques explosivos registrados en las últimas semanas, convirtiendo a la votación en una ocasión para que el gobierno demuestre su fuerza desplegando 118 mil policías y militares para custodiar los centros de votación.
La cancha inclinada
Dicho ello, diversos analistas consideran que la ciudadanía se dio cuenta que la contienda electoral era abiertamente desigual. Y que eso le jugó en contra al gobierno. Y es que apenas en 13 días de campaña, Noboa -que cuenta con una popularidad dura por encima del 50%- era el único actor con la capacidad para movilizarse a nivel nacional y hacer campaña a favor del SI. Y así lo hizo: repartió ayudas sociales en todas las regiones, recibió la visita de la secretaria de Seguridad de USA, Kristi Noen, dando a entender que contaba con el apoyo de la administración Trump, y exhibió diariamente a criminales capturados por las fuerzas del orden. Sin embargo, la gente vio en ello el afán autoritario y populista de un presidente que busca reescribir la historia sin dar mayor explicación.
Confusión en las propuestas
En esa línea, quizá el mayor error de Noboa haya sido abrir un debate político de grueso calibre sobre reformas constitucionales que buscaban redefinir el sistema político ecuatoriano sin explicar eficazmente porqué esas reformas eran positivas para la vida de la gente. Entonces, ante la falta de claridad surgió la desconfianza. Este clima se agudizó cuando el presidente propuso abrir un proceso constituyente para redactar una nueva Carta Política sin explicar -nuevamente- porqué era imprescindible contar con un nuevo contrato social. Frente a esa incertidumbre, los electores decidieron prudentemente “quedarse como están”.
Desconfianza presidencial
Por lo tanto, el rechazo categórico a las propuestas del gobierno nos habla de una mayoritaria desconfianza en la voz del presidente, cuyo equipo de comunicación no tuvo la capacidad para transmitir un mensaje claro en una campaña corta de apenas 13 días. Esa falta de liderazgo y claridad en el Ejecutivo hizo posible que el correísmo y el movimiento indígena (que representa casi un 8% de la población) se unieran para impulsar eficazmente la campaña por el NO. Como bien lo apunta el dirigente indígena Leonidas Iza: “la gente de a pie terminó venciendo a todo el aparato gubernamental”, dejando claro que la victoria del NO debe ser entendida como el triunfo de la ciudadanía y no de un partido o líder político en particular.
Apunte final
Más allá del resultado, lo cierto es que este referéndum y consulta popular han servido también como termómetro para el gobierno de Noboa y para el debate sobre la herencia correísta, ya que varias de las propuestas buscaban revertir las políticas que fueron impulsadas durante el gobierno del ex presidente Correa.
En todo caso, lo cierto es que la práctica de reescribir la Constitución se ha convertido en parte del quehacer político ecuatoriano, quizá por eso han tenido 20 constituciones desde 1830. Cada presidente ecuatoriano (el último fue Correa) ha buscado reescribir la historia aprobando una nueva Constitución que responda a sus intereses políticos (algunas veces estrictamente personalistas) otorgándole ventajas en el tablero político. De allí que el promedio de vida de cada Constitución en Ecuador sea de apenas 9 años.
Del mismo modo, en los últimos 47 años Ecuador ha tenido 15 consultas nacionales. El ex presidente Correa hecho mano de este mecanismo varias veces. En el caso de Noboa este ha sido su segundo proceso consultivo. El primero sobre seguridad y reformas institucionales celebrado en abril de 2024 lo ganó (el SI venció en 9 de los 11 puntos). Sin embargo, en esta ocasión ha sufrido una derrota electoral sin atenuantes. Quizá lo que los ecuatorianos realmente esperan de su presidente es que gobierne e impulse políticas públicas que le permitan resolver los problemas de seguridad que afectan la vida de la gente.