Era el año 2000 y en septiembre recibí una carta de la Universidad de Lovaina en Bélgica para otorgarme una beca de estudios con el fin de realizar una maestría en su sede belga.
Acepte inmediatamente Sin embargo ahora pasado el tiempo, puedo decir con total certeza que en el fondo acepte irme del país porque odiaba Lima. No esperaba la hora de irme ya. Odiaba sus aires extremadamente frívolos, huecos y húmedos ,llenos de CO2 ,junto a sus combis y cobradores incluidos. Odiaba su doble cara e hipocresía institucionalizada como el pan de cada día. Sus diminutivos y eufemismos aguantados en su forma de hablar y expresar. Odiaba su corrupción representada por la dupla Fujimori - Montesinos. Su racismo y clasismo anacrónicos, execrables y profundamente ignorantes; Junto a todas sus fobias primitivas mezcladas y energizadas a la décima potencia. Su alineamiento e inautenticidad infinitos. Odiaba su inseguridad y sus rodeos para expresar las cosas siempre a medias para al final no decir y hacer absolutamente nada, etc...
En ese momento esa carta de Lovaina era para mí literalmente una carta caída del cielo. Es decir para mí “fugarme de Lima era un caso de total emergencia”. Pues bien, me fui para Bélgica y no regrese a Lima a instalarme de corrido hasta luego de casi 10 años viviendo previamente en diferentes países europeos. En el ínterin fui muy feliz y también , como es natural, muy bien golpeado, tanto en Europa como a mi llegada en mi readaptación “a la ciudad de los reyes”. Aunque sigo en ese proceso, como buen “cholo mazamorrero”; Me di cuenta por ejemplo que “pelearme con Lima”, me ayudó a darme cuenta que realmente “me estaba peleando conmigo mismo”.
Me resulta más que curioso ahora recordar que durante mi estadía en Santander-España en el 2008 , llegue a extrañar tanto Lima que llegue hasta a soñar idílicamente , por muchas noches seguidas, con el olor del sobaco húmedo de la cobradora de combi .E inclusive con los escupitajos y el “Pisa, pisa, pie derechooo” del cobrador. Yo mismo me lo negaba repetidas veces, diciéndome: “No puede ser que esté sintiendo esto”. Sin embargo así fue..
Además he aprendido, aunque parezca trillado, que no hay lugar perfecto. Creo aun con más seguridad que lo que hace realmente bueno a cualquier lugar en este planeta para habitarlo, son tus amigos y las gentes que te hacen sentir bien, esas gentes que te hacen crecer día a día. Esas gentes que creen en ti incondicionalmente, comenzando por ti mismo. Feliz cumpleaños 484 , y lo digo de corazón, Lima mazamorrera.
Arquitecto Ecológico: Miguel Ángel Romero Maldonado.