La paradójica agenda parlamentaria

“Paradoja: Dicho o hecho que parece contrario a la lógica”.

El pasado domingo 26 se llevó a cabo la elección de los congresistas que culminarán el período de los disueltos parlamentarios originalmente electos para el período 2016-2021 y, al margen del análisis electoral sobre el cual nos referiremos en posteriores columnas, nos motiva ahora un breve comentario sobre lo que entendemos debería ser la hipotética agenda parlamentaria.

En este sentido, como paso inicial correspondería identificar cual o cuales deberían serían los temas que este nuevo parlamento, durante en el corto tiempo que estará en funciones, debería establecer como prioritarios. Así por ejemplo, entendemos que se deberían priorizar, no necesariamente en este orden, temas como: seguridad ciudadana, lucha contra la corrupción y la reforma tanto electoral como política, ejes sobre los cuales se articuló principalmente la campaña electoral y que deberían tener preferencia sobre otros que, sin dejar de ser importantes, coyunturalmente no categorizan precisamente como prioritarios.

Sobre esto, tal y como he abundado en columnas anteriores, me centraré en la reforma electoral y política, la cual tiene su propio punto de partida, que no es otro que la revisión y suspensión de la intangibilidad normativa electoral.

Debemos recordar que la intangibilidad normativa fue uno de los pocos avances que tuvimos en materia electoral en años recientes (2017) y mediante esta, las normas con rango de ley, relacionadas con procesos electorales que se publican desde un año antes del día de la elección, recién entran en vigencia después de la resolución que declara la culminación del proceso correspondiente, es decir, no se aplican al proceso electoral convocado para evitar el “cambio de reglas una vez iniciado el partido”, tal como ocurriera en enero del año 2016 cuando se modificaron las reglas de juego que regirían las elecciones generales que se llevarían a cabo tan solo tres meses después. Como ejemplo recordemos que habiéndose aprobado la intangibilidad normativa, las reglas sobre democracia interna y elecciones primarias aprobadas en agosto de 2019 no fueron aplicadas en las últimas elecciones de enero de 2020 y recién se aplicarán en el proceso del año 2021.

Esta norma, que en otros países tiene rango constitucional (Ecuador, Costa Rica), resulta a todas luces es beneficiosa, sin embargo su actual vigencia impide que el recientemente elegido congreso pueda introducir mejoras, muchas de ellas necesarias, en las elecciones del bicentenario, ello por cuanto el nuevo parlamento entrará presumiblemente en funciones en el mes de marzo y las mencionadas elecciones serán convocadas en julio, por tanto, el plazo para introducir reformas será corto (de marzo a julio).

Resulta entonces paradójico que una de las normas actualmente vigente y que se encuentra entre las más beneficiosas entre las últimas aprobadas, resulte en estos momentos el principal y más serio obstáculo que impida continuar con la reforma electoral y sobre los cuales casi todos los virtuales congresistas electos han mostrado su anuencia y disposición para el debate, incluso muchos partidos como parta de la campaña ya han elaborado algunas propuestas específicas.

En este orden de ideas, desde esta columna sugerimos que la intangibilidad normativa contenida en el artículo 4 de la Ley Orgánica de Elecciones sea suspendida, pero esta suspensión debe ser excepcional , pues con ella, no resultarían por ejemplo aplicables en las elecciones del año 2021 normas que eliminen el voto preferencial, se establezca que las elecciones internas sean obligatorias para los partidos que se encontraban inscritos antes del mes de agosto del año 2019, la revisión o eventual eliminación de la cifra repartidora, el levantamiento de la inmunidad parlamentaria por delito comunes, la alternancia de género en las candidaturas e incluso la bicameralidad entre otros temas.

Nos queda esperar que las bancadas recientemente electas lleguen a un acuerdo sobre el tema bajo mención y la reforma electoral y política retome el paso.

Dejo el debate abierto.