1.
Con el agro en el Perú (el empleo agroindustrial, específicamente), sucede lo que ha pasado con el país entero respecto del crecimiento económico sostenido durante dos décadas, es decir, los beneficios de esta bonanza no han servido para beneficiar a la mayoría sino solo a unos cuantos dueños de empresas y gente cercana a los predios donde se ejerce el poder y se toman las grandes decisiones que, sin embargo, afectan a todos los pobladores del país.
Esta circunstancia indeseable pero real se ha resaltado a sangre y fuego en Ica dado el bloqueo de la Carretera Panamericana y otros actos violentos y disturbios que han sido provocados por trabajadores agroindustriales insatisfechos con su condición o con los vejámenes que sufren por cuenta de sus empleadores.
2.
Como no podía ser de otra manera una buena parte de los “grandes” activistas y políticos en ejercicio se han metido la lengua al bolsillo respecto de los sucesos de la referencia anterior. Hay que interpelarlos y demostrar su miseria natural. Considero que cualquier político o aspirante a candidato o lo que fuese que haya guardado silencio ante sucesos como el Paro Agrario que motiva estas líneas o todos los otros incidentes de los últimos meses y, en la medida de lo posible, los últimos años, no puede merecer ni siquiera la posibilidad de aparecer en la palestra. Gente timorata y acomodaticia no debe posicionarse ante la opinión pública de ninguna forma.
Sucede que se les ha puesto difícil marcar una posición en una circunstancia muy bien determinada en la que deben optar si están del lado de los empresarios o del lado de los trabajadores y como esta clase de parásitos de la política nunca quieren quedar mal con nadie, simplemente, guardan silencio y se escoden en sus caparazones hasta que sus padrinos avalen sus “ideítas”.
3.
Cualquier persona sensata estará de acuerdo con la idea que dicta que cada uno debe recibir lo que corresponde a su esfuerzo y al riesgo que uno corre. Por eso, cabe advertir que la Ley de Promoción Agraria tiene varios bemoles, como cualquier ley dispuesta en un país como el nuestro, es decir, uno con un mínimo desarrollo institucional y con una nula cultura de respeto hacia el administrado por cuenta de aquellos que manejan la administración pública.
Reitero, el eje conductor de este documento es que se debe favorecer a los trabajadores y a los empresarios pero nunca consentir el abuso de unos u otros. Por eso, la violencia de algunos protestantes en Ica no tiene justificación. Del mismo modo, la indolencia ante el abuso perpetrado por los empresarios con el contubernio de los políticos que determinaron la subsistencia de este régimen laboral agrario durante un periodo inaceptablemente extenso, tampoco
Pensemos con objetividad pero sin perder de vista que nunca, bajo ninguna circunstancia, un ciudadano, independientemente de la ideología que profese o de su independencia respecto de estas, debe consentir el abuso. Esto es lo que no debemos olvidar.
4.
Terruquear a los inconformes es una inepcia idéntica a la de aquellos que intentan negar las responsabilidades delictivas de algunos exaltados que, de ningún modo, pese a ello, deslegitiman las protestas. El equilibrio siempre es la clave. Equilibrio.
5.
Si las protestas en Ica se fundamentan en la necesidad de un cambio en el modo en que se distribuyen las riquezas derivadas de la industria agrícola debe prestarse atención y debe procurarse una solución inmediata y el cese de hostilidades.
El Estado no puede consentir que haya abusos de ningún tipo contra los trabajadores.
Recordemos que el marxismo surge, entre otras cosas, por la diferencia aplastante entre los dueños de las industrias y los obreros. Por ello, no se debe dar alimento vivo a la revolución y a toda idea extremista, máxime cuando hay un par de Ministerios que deberían haberse manifestado hace mucho tiempo con eficiencia y eficacia: el Ministerio de Trabajo, a través de Sunafil, y el Ministerio de Agricultura. Pónganse al día.
6.
Si se quiere evitar el estallido social debe obrarse con inteligencia y justicia. No se ensañen con el pueblo ya sea con la complacencia o la indiferencia ante el abuso o con la represión injustificada. Luego, no se quejen si con su desidia se da pie a una vuelta al radicalismo y la subversión.
7.
Recordemos que Fujimori lanzó la Ley de Promoción Agraria por un plazo inicial de diez años pero en 2010, Toledo, otro claro perjuicio para el país, dispuso de una prórroga hasta 2021.
El año pasado, se debatió en el Congreso la viabilidad de esta norma y se acordó que se extienda hasta 2031 aunque solo quedó en fase de proyecto pues Vizcarra, sí, el adalid de popularidad pese a su mediocre y apagado talante y a su inmensa capacidad para la mentira y, ahora, el silencio (por ejemplo, ante la Comisión de Fiscalización del Congreso, etc.) disolvió inconstitucionalmente el Parlamento nacional el 29 de Septiembre del año pasado.
No bastándole con ello, por propia cuenta, durante el interregno en el que gobernó sin ninguna oposición y con el absoluto contubernio de sus ministros, aprobó el Decreto de Urgencia Nº 043-2019 que, entre otros efectos, extendió el Régimen Laboral Agrario en todos los extremos del proyecto que fue discutido en el Congreso antes de su disolución. ¿Acaso existe una diferencia sustancial entre lo que representa Vizcarra y lo que representan los congresistas que han ejercido funciones parlamentarias desde 2016?, ¿acaso no son manifestaciones de la misma indignidad y del mismo desastre?
8.
Debe mencionarse, en este orden de cosas, tan solo por enfatizar la gravedad del caso, la ineptitud total de los congresistas que fallaron por la extensión de la Ley de Promoción Agraria que, según las recomendaciones de todos los expertos no debía exceder el término del año 2021. Entonces, ¿a cuenta de qué o para qué se dictó la prórroga de esta norma controvertida hasta el año 2031?, ¿por qué alargar durante 30 años, desde la promulgación de la norma en cuestión, una situación abusiva, no solo en lo tocante a la ley misma, sino a la ausencia del Estado respecto de la adecuada fiscalización y control de la instrumentalización de la referida norma? Acaso Martín Vizcarra no debe ser sancionado por esta manifestación plena de su naturaleza nefasta para los intereses del país.
Todos los involucrados (más los defensores de Vizcarra) son enemigos plenos del Perú
9.
Varios medios “periodísticos” han modificado su posición ante las marchas y protestas. En noviembre, los marchantes eran poco menos que héroes, ahora, los que protestan son casi criminales.
La razón de ese viraje es que ahora sí se está tocando carne pues se está disponiendo de una muchedumbre en contra de algo muy concreto, es decir, el abuso laboral, y eso no le conviene a nadie que tenga una gran empresa en la que no se guarde el debido respeto al trabajador. La Republica, por ejemplo, que realizó un despido masivo en plena pandemia acaso puede tener cara para dárselas de moralista en estos ámbitos. Vamos…
Por lo tanto, me parecen quinientas veces más valiosas las protestas en Ica que todas las otras marchas de Noviembre y pese a que en ambas hubo gente con intenciones violentistas, no fueron la mayoría en ninguno de los dos casos.
10.
La riqueza no puede generarse en la explotación y el maltrato de nuestros semejantes. Así que o se empieza a respetar al trabajador o se debe obligar a que los respeten.
Hay objetividad en este pedido pero, además, hay toda una intención: el Perú y sus riquezas deben ser para los peruanos, no solo para cinco “aristogatos”. Y aunque parezca un sueño debemos sostener y defender que ningún trabajo debe embrutecer o agotar al individuo para que sea solo un ente mecánico. Debemos, en ese sentido, evitar la deshumanización de los trabajadores y darles algo de confort para que tengan tiempo, también, para pensar y estudiar. Solo así podremos garantizar un país distinto y mucho mejor que el que ahora mismo padecemos.
02 de Diciembre de 2020.
PERCY VILCHEZ SALVATIERRA.
Escritor.
Abogado.
Comunicador.
Analista político.
Director de Libertad Bajo Palabra.