Mira como vienes, como un suave murmullo
tus notas vibran mis huesos hasta hacerlos quebrar, y
no sé
cómo el tímpano busca mi estómago vacío y lo llena de un abrasante aleteo
Te escucho
y no me importa el ácido tecleo de tu noche
si tu voz va pariendo celestes crisálidas
que descienden por mi cuerpo
van taladrando desde el laberinto hasta mi cueva sangrante
marchitando mis ardientes venas
mientras te alimento
Y no me importa palpar tu dureza
tu sequedad
tu amor encapullado…
no me importa saber
que mientras abres tus alas yo voy muriendo
Pues yo prefiero sangrar azul lluvia
que verte dentro mío en moribundo vuelo
Y así
volví la impertérrita mirada
hasta desgarrar mi púrpura latiente
llover todos mis miedos
hasta verte, en libertad!