El 1 de diciembre es la fecha elegida para emitir un discurso por el presidente para informar a los conciudadanos los avances y nuevos retos de su gobierno.
El presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su discurso en el Zócalo de la Ciudad de México.
En el discurso no dio cifras ni datos para sostener un supuesto crecimiento o mejora en el país; expresó que el ejército será el nuevo encargado de proveer de insumos médicos.
Posteriormente, habló sobre el aumento de las remesas, ósea, dinero que llega al país enviado por mexicanos en el extranjero; este tema es destacable porque el presidente sigue colgándose una medalla que, primero no le pertenece porque su administración no tiene nada que hacer en lo relacionado con el envío de dinero y; segundo, porque si la gente en el extranjero manda más dinero a sus familiares es porque cada vez es más complicado vivir en México. El país tiene una cambios en los costos inexplicables, la luz sube su costo de 15 a 60 dólares en un mes o el precio del kilo de jitomate de un día para otro cuesta el doble. Por esta razón se requiere mayor gasto y, consecuentemente, mayor envío de remesas desde el extranjero.
Hizo hincapié en sus programas sociales, por mencionar alguna beca -carente de lógica-, está la beca por estudiar secundaria. Así de sencillo, si estudias secundaria, te inscribes al patrón del gobierno y te entregan una cantidad mensual de dinero que sale de los bolsillos de las personas trabajadoras que mes con mes pagan impuestos por trabajar.
Lo más destacable fue que manifestó que: "En tres años ha cambiado, en tres años ha cambiado como nunca la mentalidad del pueblo que eso es lo más importante..."
En otras palabras, según el actual presidente la gente ha cambiado de mentalidad, un dato fiel a su estilo que no puede ser comprobado ni medido, sino que, es una mera aseveración personal sin bases ni fundamentos sino lisa y llanamente su idea de que el pueblo mexicano ya cambió. Concluyó haciendo mención de la su supuesta cuarta transformación.
El discurso estuvo lleno de insultos y pericias contra cualquier persona que no lo apoye, básicamente, lo mismo que lleva diciendo 18 años, con la enorme diferencia que ahora lo dice desde el puesto presidencial.
Que es lo más importante del discurso y también lo más grave, es que el presidente eligió emitir su discurso con gente; pasando por alto que aún estamos en pandemia y, que existe una nueva variante denominada ómicron, sin embargo, al presidente no le gusta dar discursos sin gente y demostrar al mundo su irresponsabilidad ante una crisis sanitaria mundial.
Mientras el mundo está volviendo a cerrar sus puertas, el presidente reúne a más de 100 personas en la plancha para que lo vitoreen y le aplaudan.