No son los males violentos los que nos marcan,
sino los males sordos, los insistentes, los tolerables,
aquellos que forman parte de nuestra rutina
y nos minan meticulosamente como el tiempo.
Émil Cioran
Comenzando el año 2022, el Perú sufre un lento, continuo e indetenible proceso de deterioro institucional y social. Este proceso se ha instalado en la sociedad peruana con la llegada de Pedro Castillo a Palacio y –junto con ella- con el arribo de la mentalidad autoritaria.
Las medidas de Gobierno (si es que se las puede llamar así) en la actual gestión gubernamental, muestran impericia política y gran irresponsabilidad con el manejo de los temas públicos.
Analicemos –a manera de ejemplo- el principal campo de supuesta legitimidad política del Sr Castillo: el Sector Educación. En medio de la urgente necesidad de planificación del nuevo año escolar 2022, donde la calidad de la educación pública el año 2021 se desplomó en todos sus indicadores, Castillo ya ha nombrado TRES Ministros de Educación, con fraude masivo en el principal concurso para docentes, y atisbos de ventas de pruebas en manos de familiares de un titular. Peor imposible.
La situación en otros campos no es muy diferente: Transportes y Comunicaciones, Energía y Petróleo, Minería, etc. El gran peligro es que como sociedad política estemos ingresando a una perversa “normalidad” de institucionalidad anómica, donde muchos niveles de desgobierno se vuelvan tolerables.
Deterioro desordenado y sin rumbo. Ese es el signo del Gobierno del Sombrero (gorrito de noche, como también ya sabemos), y un factor central que explica este proceso radica en la mentalidad autoritaria de los actores y aliados en la gestión del Sr. Castillo.
Este proyecto autoritario sigue en marcha y comulga con –matices más o menos- el desplomado proyecto Chavista y sus variantes del “socialismo del siglo XXI” latinoamericanos. Ahí nace el autismo e irresponsabilidad en la calidad de la gestión pública actual. A Castillo, Cerrón y la Mendoza, no les interesa ni es su prioridad tomar buenas medidas de gobierno. La realidad institucional y social, la calidad de la vida de la gente real, no es de su interés. Su única perspectiva se origina en la pervivencia de una ideología que “cree” en un sistema social que no existe, y que desean imponerlo a toda costa, en contra de las libertades de toda la sociedad.
En ese marco, el inmenso olvido de la Agenda Social que los sectores populares y emprendedores demandan todos los días, contrastará con la demagogia de las medidas del actual gobierno. La fuga del Gobierno será ir a un gasto atolondrado, populista, irresponsable, sin rumbo y con mucha corrupción. Pongamos un ejemplo de nuestra afirmación: en su tierra natal de Cajamarca, donde miles de miles de familias y niños no tienen ni agua potable en sus casas y donde la anemia infantil llega a niveles inaceptables el Señor Castillo propone construir… un Aeropuerto. Así estamos.
Finalmente, también es lamentable que la oposición democrática en el Congreso no empalme con las demandas populares y que crea que sólo desde la política formal legislativa será posible enfrentar los desafíos democráticos del país.