Hay cosas buenas y que causan envidia en Argentina. Es cierto que la crisis que afecta el panorama macroeconómico causa pesimismo y temor. Pero aún existe un capital humano importante e ingentes recursos naturales que garantizan el futuro de millones de argentinos. Creo ser optimista a pesar de las innumerables críticas que cada día aparecen en la discusión pública.
Por otra parte, y contrastando con lo que sucede en Perú, existen evidentes límites a las libertades económicas que resienten la cultura del emprendimiento. Un pueblo que se ha caracterizado por el apoyo al trabajador (las incuestionables victorias sociales del peronismo que hoy han virado a un pernicioso asistencialismo público) no permite que el trabajador independiente (monotributista) pueda generar iniciativas empresariales por las cargas que impone un estado elefantiásico.
Argentina necesita promover la cultura del emprendimiento. Tuve la oportunidad de entrevistar a dos jóvenes inteligentes que quisieron invertir creando una tienda digital de venta de ropa: como revendedores de mayoristas, supieron maximizar el beneficio en el proceso de venta. Aunque no tenían la formación legal y financiera, pudieron con habilidad identificar un nicho de negocio. La moda es uno de los mercados más dinámicos, y los servicios de distribución como Mercado Libre entre otros, facilitan el proceso logístico.
Pero para emprender no solo se requiere una buena idea. También hace falta tener un plan (de negocio) donde conste toda la información que se generó, desde el diagnóstico del sector hasta las proyecciones de ventas esperadas. Dentro del plan, también debe constar la propuesta de valor y el componente innovativo. Menciono esto como lo más resaltante, sin embargo, también es preocupante la imposibilidad de identificar la marca como un valor intangible, así como tener información accesible y tasas poco costosas para incentivar su registro.
Pienso que los chicos que tuvieron la amabilidad de conversar conmigo disfrutaron una experiencia empresarial exitosa frente a un estado que no dota de herramientas para que las personas puedan generar empresas, empleo y riqueza. Es mediante el error que uno aprende en países como los nuestros.
El emprendimiento es un proceso cultural. Es evidente que en sociedades en las cuales el estado no es un socio promotor de iniciativas empresariales y las personas sufren de falta de confianza en uno mismo y en los demás, no se dan las mejores condiciones para generar una cultura de emprendimiento.