Por Antero Flores-Araoz
Parecería ser que muchos de nuestros ciudadanos, si es que leen la Constitución que nos rige, lo hacen parcialmente, con lo cual se forman una idea errada respecto a sus derechos como a sus obligaciones ciudadanas.
Por ejemplo, en el artículo 31 de la Constitución se determina que los ciudadanos tienen “el derecho de ser elegidos y de elegir libremente a sus representantes …”, pero como se cansaron de leer, no lo siguieron haciendo, con lo cual no conocen que ello es “ … de acuerdo con las condiciones y procedimientos determinados por ley orgánica”.
En el artículo 35 de la misma Constitución se agrega que “Los ciudadanos pueden ejercer sus derechos individualmente o, a través de organizaciones políticas como partidos, movimientos o alianzas …”, pero, agotados por tanto esfuerzo lector, no siguieron leyendo y no supieron que todo ello era “conforme a ley”,
Me permito recordar lo expuesto, pues parecería ser que a inmenso número de compatriotas les ha picado el bichito de la “candidatitis” y como si fuese una epidemia, contagian a más y más personas, que ya por lo menos con el síndrome politiquero, quieren participar como candidatos (algunos quizás solo candidazos) en planchas presidenciales y por supuesto en listas parlamentarias.
Las elecciones programadas para el 2026, mes de abril para ser exactos, son unas de las más cruciales en nuestra vida republicana, porque se podría repetir la debacle del año 2021 con algún algún impresentable en Palacio de Gobierno (con o sin sucursal en el Pasaje Sarratea), que ayudado por delincuentes -no todos por cierto- destrocen nuestro país y los deseos de tener una patria en desarrollo y con oportunidades laborales para conseguir la ansiada elevación de niveles de vida y bienestar.
Por lo señalado tienen que redoblarse los esfuerzos para que en las próximas elecciones podamos seguir la ruta de prosperidad y libertades que el Perú requiere, y para ello se necesita
que los candidatos tengan las cualidades para, de ser elegidos, hagan su tarea adecuadamente por el bien de la patria. Pónganse ante un espejo y hagan su examen de conciencia sobre si tienen las calidades para dirigir al país. ¡Quizás muchos se horroricen!
Ante la gran dispersión de probables candidaturas, se impone acuerdos con el fin de que las agrupaciones políticas que tengan similares ideologías y planes de gobierno compatibles, se unan para evitar cualquier resultado nocivo a nuestra democracia y futuro.
La tarea no es fácil, se intentó, sin suerte, para las elecciones del 2021, en que se fundó la “Coordinadora Republicana” con personas que no pretendían ser candidatos a cargo alguno, lo que permitiría hacer de bisagra para que las agrupaciones políticas pudiesen unirse. Penosamente los egos personales y el sentimiento de “divas” lo impidieron, con el resultado penosísimo que se tuvo y que no se debería volver a repetir.
Se impone mucho patriotismo y desprendimiento, expulsando de la mente y actitudes todo personalismo y egos, muy dañinos en estas épocas tan complejas en que nos ha tocado vivir.