Punto de Encuentro

Uruguay 2024: rumbo al ballotage

  • Rafael Rodríguez Campos

Previamente, quiero agradecer la gentil invitación que me cursó la Corte Electoral de Uruguay para participar como Invitado Internacional observando el desarrollo del Proceso Electoral 2024 (Elecciones Nacionales), el mismo que se desarrolló en un clima de tranquilidad y que contó con la masiva participación de casi el 90% de los ciudadanos habilitados para votar. Dicho ello, debemos indicar que el pasado domingo 27 de octubre casi 2.7 millones de uruguayos debían acudir a las urnas para elegir a la fórmula presidencial (presidente y vicepresidente), 30 senadores, 99 diputados, y aprobar dos plebiscitos constitucionales.

Presidencia de la República

Así, en la carrera presidencial -al 99% de los votos escrutados- Yamandú Orsi, candidato del Partido Frente Amplio (coalición de izquierda), obtuvo casi el 44% de los votos. Luego, se ubicaron Alvaro Delgado, candidato del Partido Nacional (partido de gobierno) con el 27% de las preferencias, y Andrés Ojeda, candidato del Partido Colorado (partido que integra la coalición de gobierno) con el 16% de las boletas. Más atrás se ubicaron los partidos Identidad Soberana (2,69%), Cabildo Abierto (2,45%), Partido Independiente (1,71%); y el Partido Constitucionalista Animalista (0,49%). Frente a ello, dado que ningún candidato logró superar el umbral del 50% + 1 de los votos, la carrera presidencial se definirá en una segunda vuelta o ballotage que se realizará el próximo domingo 24 de noviembre.

Parlamento

Luego, con respecto a la conformación en el Parlamento tenemos que el Frente Amplio logró convertirse en la fuerza política más votada en ambas cámaras obteniendo 16 de 30 escaños en la Cámara de Senadores y 47 curules de 99 en la Cámara de Diputados. Ahora bien, si uno revisa la manera cómo los partidos con representación en el Parlamento vienen construyendo sus alianzas podríamos afirmar que la izquierda tendrá mayoría en el Senado al tiempo que en Diputados alcanzaría 48 legisladores (es decir, 1 menos que la actual coalición de gobierno que llegaría a 49). En dicho escenario, resulta claro que ambos bloques se verán obligados a negociar para que los proyectos de ley sean aprobados.

Plebiscitos Constitucionales

En esa línea, habría que añadir que además de la Presidencia de la República y Parlamento, la Corte Electoral, según lo establecido por el artículo 331 de la Constitución, aprobó someter a consulta popular dos plebiscitos para decidir sobre reformas constitucionales. El primero fue el plebiscito para la aprobación de los allanamientos nocturnos que buscaba modificar el artículo 11 constitucional (la papeleta amarilla). El segundo fue el plebiscito para la aprobación de reformas sobre la seguridad social que buscaba modificar el artículo 67 constitucional (la papeleta blanca). Ninguno de los dos plebiscitos logró ser aprobado pues no superaron la mayoría de los votos. Cabe apuntar que el primero contaba con el respaldo de la coalición de gobierno y que el segundo fue propuesto por la Central Sindical PIT-CNT, cercana a las organizaciones que forman parte del Frente Amplio.

La palabra de los candidatos

Ahora bien, luego de conocerse los resultados oficiales emitidos por la Corte Electoral, Orsi, dirigiéndose a sus partidarios que lo esperaban en la rambla costanera de Montevideo a la que llegaron para pintarla con los colores frenteamplistas, dijo lo siguiente: “Hoy es una noche de alegría, de fiesta de la democracia. El Frente Amplio, como viene ocurriendo durante las últimas elecciones, es el partido más votado de Uruguay. Les agradezco a los delgados y funcionarios de mesa, no solo de mi partido, sino de todas las formaciones políticas que contribuyeron a la organización de la elección. Hoy ganó el pueblo uruguayo, triunfó la esperanza, en un año en el que celebramos 40 años de democracia ininterrumpida, por lo que el Frente Amplio debe seguir inspirando la sana y respetuosa competencia electoral que tanto valoramos y tanto esgrimimos a nivel mundial. Por eso les pido mantener la unidad y trabajar con todos los sectores para fortalecer  la convivencia democrática”, dijo Orsi.

A su turno, Delgado, líder de la coalición oficialista, que incluye al Partido Colorado, Cabildo Abierto y el Partido Independiente, dirigiéndose a sus partidarios señaló lo siguiente: “Nuestra alianza es el proyecto político más votado, pero debemos trabajar para que nuestras diferencias no debiliten el espíritu de respeto que sostiene a Uruguay. Por eso les mando un saludo y reconocimiento a Yamandú Orsi y a los militantes del Frente Amplio, como muestra de ese respeto mutuo que refleja esa cosa tan linda en Uruguay de la tolerancia, destacando el gran esfuerzo desplegado por sus militantes y por el equipo de técnicos que viene trabajando junto a la coalición de gobierno”, subrayó Delgado.

Por su parte, Ojeda, quien se ubicó tercero en la competencia presidencial reiteró el compromiso del Partido Colorado con el futuro del país y su rol en la coalición oficialista. Asimismo, subrayó la importancia de la unidad entre las fuerzas políticas del bloque oficialista afirmando lo siguiente: “Hoy somos el cogobierno de Uruguay. No se gana el gobierno sin la fuerza de los colorados. Por eso dejamos claro que el Partido Colorado trabajará espalda con espalda junto a Delgado en el ballotage para ganarle la partida final al Frente Amplio”, sentenció Ojeda.

Lo que se viene

Hecha esta referencia, creemos que seremos testigos de una segunda vuelta que será tan o más reñida que la que tuvimos en 2019 en la que también se enfrentaron el Frente Amplio versus el Partido Nacional (líder de la coalición de gobierno). En esa línea, creemos que los resultados de la primera vuelta han tenido un sabor agridulce para la oposición de izquierda que llegaba al domingo de la elección convencida de que obtendría -cuando menos- el 46% de los votos. Por eso las primeras declaraciones de sus voceros reflejaban cierto descontento cuando apenas registraban el 44% de los votos. Sin embargo, a medida que fueron pasando las horas, los dirigentes frenteamplistas empezaron a enviar un mensaje de optimismo a su militancia indicando que la coalición de izquierda se ha visto fortalecida si comparamos los resultados con los de 2019 (recordemos que hace 5 años, su candidato Daniel Martínez llegó al 39%, 5 puntos por debajo de lo que hoy han conseguido).

En esa línea, el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira señaló que su partido tiene la posibilidad más grande de ganar en el balotaje del próximo 24 de noviembre. Por eso subrayó que es muy importante que la coalición de izquierda vaya en busca de  los votos de la coalición de gobierno, de los partidos más pequeños que tienen cierta inclinación por el Frente Amplio y que en esta segunda vuelta no tendrán candidato propio; e incluso de los electores que no fueron a votar. Para ello, será hacer ajustes, para que la fórmula presidencial pueda comunicar de manera potente un mensaje que le permita imponerse a la coalición de gobierno abriendo un frente cada vez más amplio.

No obstante ello, lo cierto es que la suma de los votos obtenidos por el Partido Nacional, el Partido Colorado, Cabildo Abierto, el Partido Independiente y el Partido Constitucionalista Animalista, que forman la coalición oficialista es de 47%. Es decir, si la coalición de gobierno no pierde votos en la segunda vuelta tendría la primera opción para mantener la conducción del gobierno hasta el 2029. De todas formas, tomando como referencia lo ocurrido en la elección del 2019, la coalición de gobierno deberá redoblar esfuerzos para evitar que el Frente Amplio le robe votos o le gane la mano entre los electores que se quedaron sin candidato propio o que no fueron a votar.

Lecciones uruguayas

Por último, a partir de mi experiencia como Invitado Internacional, la misma que me permitió observar el desarrollo del proceso electoral considero necesario señalar lo siguiente: 1) Las elecciones transcurrieron con absoluta tranquilidad, 2) La jornada electoral se desarrolló en el marco de un ambiente festivo que contrastó con el desinterés ciudadano registrado en los días previos al domingo, 3) Los miembros de mesa mostraron gran solvencia en la ejecución de sus funciones (por eso la fluidez de la votación); 4) No se registraron actos de violencia importantes en ningún lugar del país, 5) Todos los candidatos presidenciales (con quienes nos reunimos en mesas de trabajo) reconocieron el gran trabajo que la Corte Electoral realiza en cada proceso, 5) Todos los candidatos presidenciales y autoridades reconocen el prestigio y la confianza ciudadana de la que goza la Corte Electoral; y 6) A ningún candidato presidencial se le ocurrió poner en tela de juicio la transparencia del proceso electoral (nadie, ni siquiera los que perdieron de manera aplastante, hablan de fraude o irregularidades, como sí ocurre en otros países de la región).

Finalmente, lo cierto es que más allá de lo que ocurra el próximo 24 de noviembre, quienes hemos seguido de cerca el desarrollo de este proceso electoral, sabemos que la democracia uruguaya saldrá fortalecida al término del mismo. Y es que como lo manifestamos previamente, la solidez de las instituciones representativas del Estado de Derecho y la Democracia en Uruguay, como la Corte Electoral (que este año cumple 100 años de vida institucional), por ejemplo, así como la educación cívica y republicana de sus ciudadanos y de su clase política, son su mejor carta de presentación a nivel global. No en vano, desde la recuperación democrática en 1985, Uruguay es ejemplo de estabilidad y gobernabilidad para las democracias a nivel mundial, ello se debe -en gran medida- a la fortaleza de sus partidos políticos. Quizá por ello, según el índice de “The Economist”, el país se ubica entre las 14 democracias plenas que hay en el mundo.

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