Por: Javier Labarthe Fernandini
El Proyecto de Ley No 9798/ 2024-CR propuesto por congresistas de Perú Libre para su estudio y dictamen a las Comisiones de Transportes y Comunicaciones y Justicia y Derechos Humanos demuestra un desconocimiento total del impacto e importancia que tienen los puertos en la economía del país y su desarrollo a largo plazo y de la situación en que se encontraban los terminales portuarios de propiedad del Estado administrados por ENAPU entre los años 1970 y 2005.
El año 1,953 el Estado realizo la modernizo el puerto del Callao ampliando su infraestructura, muelles modernos con mayor calado, almacenes, accesos terrestres equipado con tecnología mecanizada para manejar todo tipo de cargas . Del año 1960 al 2,005 no se realizaron ampliaciones significativas en su infraestructura (salvo un muelle de atraque) ni inversiones necesarias en equipamiento para atender la creciente demanda. En 1970 ENAPU tomo el control de todos los puertos del Perú incluidos los de Lanchonaje, Eten, Chicama, Huarmey, Huacho, Atico, etc. Los terminales fluviales y los 7 Terminales Portuarios de alcance nacional , Paita, Salaverry , Chimbote , Callao , Matarani, Ilo y Pisco (inaugurado en 1970) que continuaron operando por 30 años con los equipos que contaban en 1970 manejando cargas a granel y carga general con origen o destino su zona de influencia. A principio de los años 90 la gran mayoría de los equipos en los puertos de Enapu se encontraban inoperativos con mínimo mantenimiento u obsoletos. El Terminal del Callao estaba algo mejor equipado, el resto de los terminales de Enapu solo contaban con su loza, muelles, balanzas, alguna lancha de apoyo, montacarga, faja o grúa de tierra de mínimo alcance y almacenes con limitada capacidad y uso. La desatención del Estado a través de Enapu para proveer servicios portuarios a los usuarios obligo a los mismos a tener que contratar y transportar a su costo y riesgo los equipos necesarios para el manejo de sus cargas en puerto realizando las operaciones de carga y descarga con grúas de las naves , en puertos como el Terminal Portuario General San Martin, Pisco en los últimos 10 años bajo administración de Enapu no contaba con servicios básicos de agua potable en forma continua ni interconexión eléctrica para suministrar energía al puerto , el agua potable era adquirida en la ciudad de Pisco y transportada al puerto en camiones cisterna donde era suministrada por Enapu a cuenta gotas en algunos casos pasando 2 a 3 días sin proveer agua potable, la energía eléctrica en puerto era suministrada con grupos electrógenos sufriendo cortes o fallas que afectaban las operaciones perjudicando a los usuarios generando extra costos logísticos. Del año 1970 en adelante ENAPU contrato centenares de personal administrativo y operativo más allá de lo requerido para el manejo de sus puertos lo cual sumado al exceso de estibadores asignados por el sistema de rotación impuesto para efectuar labores de estiba por especialidad bajo la Comisión Controladora del Trabajo Marítimo, el manejo de la política portuaria por el Estado a través de Enapu ha sido negativo resultando con las tarifas portuarias y costo de estiba más altos de los puertos de la costa oeste del océano Pacifico afectando el desarrollo portuario y el Comercio Exterior del país perdiendo 20 años de competitividad con servicios ineficientes , costosos, sin inversiones portuarias en infraestructura ni en equipos.
¿Es esta la situación a la que quiere volver la izquierda con sus propuestas trasnochadas para el desarrollo portuario del país?
El Proyecto de Ley No 9798/2024 – CR propone modificar la Ley del Sistema Portuario Nacional 27943 Numerales 10.2 10.3 del Articulo 10 e inclusión del Articulo 23- A en la Ley , modificar el DL 1147 Numeral 8 del Art 5 modificar el Art 310- B del Código Penal con la finalidad de incrementar los mecanismos de control y vigilancia de salida de materias primas , concentrados polimetálicos, no metálicos y metales preciosos de los terminales portuarios a nivel nacional, evitar fuga de recursos, aplicar penalidades horarios restringidos etc. Es la excusa para camuflar el verdadero objetivo de este proyecto de ley el cual es limitar la entrega de la administración de una infraestructura portuaria al sector privado al 40% de participación obligando a asociarse con el Estado quienes tomarían el control de los puertos con 60 % de participación por un periodo de hasta 10 años prorrogable por única vez por el mismo plazo. La propuesta de modificación de los numerales mencionados de la Ley 27 943 no solo es un absurdo, es volver al estatismo portuario fracasado costoso, ineficiente. Ello perjudica las políticas internas de la inversión privada, limita la participación del sector privado en la administración portuaria en contraposición a principios constitucionales, pretende modificar el marco legal sin el debido sustento ni justificación en el análisis expuesto lo cual de aprobarse desincentivara la inversión privada portuaria limitando su expansión, esto afectará negativamente el desarrollo del comercio exterior del país pilar fundamental para el desarrollo económico y creación de empleo y en general deteriora la imagen del Perú ante los inversionistas privados nacionales y extranjeros para captar nuevas inversiones en otros sectores productivos. Es necesario recordar a los impulsores de este proyecto de ley que la inversión privada en los puertos concesionados en últimos 10 años ya realizadas ha sido de USD 2,500 millones de dólares, el monto comprometido de inversiones en contratos de concesión es de USD 3,500 millones de dólares y el monto de inversiones portuarias privadas proyectadas en nuevos desarrollos portuarios es de USD 5,000 millones sin incluir inversiones privadas en terminales portuarios de uso privado .
Para fortalecer los mecanismos de control y vigilancia de salida de materias primas en los terminales portuarios a nivel nacional, proteger la seguridad del comercio exterior, garantizar una adecuada gestión y modernización de los puertos NO es necesario limitar la inversión privada en puertos a 40% y regresar al estatismo, para obtener su objetivo contamos con entes gubernamentales, autoridades competentes organismos reguladores y un marco legal que aunque perfectible ha funcionado bien logrando captar importantes montos de inversión privada para el desarrollo portuario y su crecimiento sin restricciones a la inversión contemplando los intereses de todas las partes involucradas.