Punto de Encuentro

LA OPOSICIÓN POR LA OPOSICIÓN

Pongámonos en plan lúdico, olvidémonos por un momento de la teoría clásica que nos habla de pesos y controles intra parlamentarios y creemos un ejemplo de laboratorio, de esos que funcionan bien en los salones de clase.

En nuestro ejemplo asumiremos que durante una campaña electoral, todos los candidatos tienen como objetivo común ganar las elecciones, lo cual ciertamente no está muy lejos de la realidad, al menos en el plano teórico, no obstante en la práctica, aun cuando íntimamente todos los candidatos aspiren a ello, sabemos que debido a las circunstancias de  cada uno, sus cálculos variarán, así,unos aspirarán efectivamente a ganar la elección, otros a llegar a la segunda vuelta, otros a fortalecer su imagen con vistas a futuros procesos, otros a hacerse conocidos, etc.

Ahora bien, pasemos a un siguiente nivel del ejemplo y pensemos ahora qué harían estos candidatos para obtener el triunfo. Para ello, como es obvio, convengamos que cada quien trazará su estrategia de campaña en función a sus recursos. Unos apelarán con mayor incidencia en algunos temas puntuales, quizás buscarán o rehuirán el debate, algunos explotarán su imagen o la del partido, apelarán con mayor relevancia a la televisión o quizás redes sociales, viajes, etc. pero quiérase o no, todos sin excepción tendrán un segundo elemento en común: todos prometerán algo, todos nos dirán “como” hacer las cosas, afirmarán tener la llave con la cual solucionarán los problemas sociales, asimismo, cada una de éstas promesas serán condensadas, candidato por candidato en un documento denominado Plan de Gobierno.

Ahora bien, este Plan de Gobierno no es otra cosa que el medio a través del cual cada candidato expresa cuál será su estrategia para cumplir con los objetivos, los cuales también son comunes al resto de sus competidores, esto es, lograr el bienestar social, reducir niveles de pobreza, mejorar las condiciones de salud, de seguridad, educación, etc. ¿O acaso algún candidato busca lo contrario? No, en nuestro ejemplo estos candidatos no existen

Pasando al plano real, si cualquiera de ustedes se tomase la molestia de leer los planes de gobierno de cada uno de los candidatos a la Presidencia de la República en el año 2016, caerá en la cuenta que todos los candidatos expresaron, tal como en nuestro ejemplo,como objetivos comunes los previamente señalados, aunque ciertamente no existía consenso en el camino a seguir para ello.

Afortunadamente solo puede haber un ganador,lo cual implica la existencia de múltiples perdedores, razón por la cual en nuestro ejercicio lúdico no se alcanzaría a entender, en el sentido gramatical de la palabra, por qué a todos los no ganadores se les denomina instantáneamente oposición.  ¿Oposición a qué?, ¿No perseguían acaso todos un mismo objetivo aunque para lograrlo planteasen estrategias distintas?

Cerremos nuestro ejemplo y volvamos a la realidad.

Lo dicho en realidad funciona únicamente en sociedades que entienden que la cohesión de las fuerzas políticas es el camino más eficaz para la obtención de los beneficios que la ciudadanía en su conjunto demanda, funciona en países donde las coaliciones electorales son tanto ideológicas como programáticas y no simplemente electorales.

Mientras eso no ocurra, no queda otraopción que seguir “gozando” de la oposición parlamentaria.

 

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