Punto de Encuentro

“Quedémonos en casa”

Casi un año ha pasado, recorriendo galopante la muerte por los países del globo, y seguimos inmersos en la incertidumbre y a la espera de otro movimiento del llamado nuevo orden mundial. Al parecer lo que fue diseñado debajo de un microscopio, solo le queda mutar en nuevas cepas, cada vez que recorre miles de cuerpos para ir cambiando procurando hacerse cada vez más fuerte.

Lo que me preocupa sobre manera es como un país con tantos recursos como el mío, con tantas conexiones, esas mismas que se mantenían abiertas cuando en Europa y Asia sonaban las alarmas de advertencia y nuestras autoridades decían…

 “tranquilos aquí no llegara y si lo hace estaremos listos”

Siento que improvisaron, desde el inicio y puedo entenderlo hasta cierto modo, apareció con tal fuerza y para esto nadie estaba preparado y menos por su velocidad de propagación, siendo la característica exitosa de este mortal virus, aunado la marcada  idiosincrasia del ser humano, vista desde cualquier latitud.

No puedo generalizar, no han sido todos, pero pocos han sido los responsables, en sus pequeñas burbujas familiares donde han resistido como sea, muchas historias he conocido y he podido extender mi mano para ayudar en lo que he podido, pero debo reconocer que hay muchos factores que influyen para que esto suceda en nuestros país de América Latina, economías tambaleantes y de por sí ya débiles, países con demasiada informalidad laboral, migrantes, la corrupción, la presión psicológica producto del extenso encierro y la naturalidad que caracteriza a los jóvenes, salir.

Seguimos de cerca las noticias que se generan alrededor del orbe y vemos con fe que las distintas vacunas creadas funcionen por fin y logren mitigar lo voraz que caracteriza a este virus Covid 19 y que poco a poco volvamos a la normalidad pudiendo así recuperarnos y salir sin miedo pensando en recaer de manera mortal.

“son tantas cosas que quisiera escribir”

Cada uno de nosotros debe reflexionar y después de hacer cálculos tomar las mejores decisiones como personas, como seres humanos, pensar en los demás y ser menos individualistas, pensar en nuestro planeta único hogar, hacerles saber a nuestros gobernantes que están de paso pero los problemas quedan y necesitan respuesta a través de programas y planes de Estado a corto, mediano  y largo plazo, reutilizar nuestros recursos para la ecología, mejor alimentación, la innovación científica, educación superior para capacitar más recurso humano donde la pandemia nos demostró que flaqueamos.

Las cifras en Panamá, no mejoran, desde que comenzó esta guerra no hemos ganado un día de batalla, no hemos visto la tan famosa curva plana y nada parecido, lo que prevalece es el índice más alto de toda la región con respecto a el contagio su propagación y letalidad.

Provocando más temor en la población y dándoles a las autoridades la razón para imponer o aplicar las medidas más rígidas de control sanitario como al inicio de la pandemia.

Entre la llegada de galenos de Cuba, Venezuela, EE.UU. y otros países que vienen a darle un respiro a los nuestros también llega la noticia de las primeras dosis al país, dándonos un respiro con fe, de que las cosas pueden comenzar a mejorar, los planes de vacunación ya están establecidos, mientras la población más fuerte los jóvenes hacen caso omiso de las restricciones que son impuestas desafiando a las autoridades todos los fin de semanas, las cifras de fallecidos no disminuyen y ponen a prueba un sistema de salud que ya muestra signos de entera debilidad.

Vivimos de verdad tiempos difíciles ha pasado uno de los peores años de la historia y comienza un nuevo año con más retos de la historia para nosotros y el resto del mundo, aunque las circunstancias son distintas de otros, el avance tecnológico ha marcado la diferencia acortando distancias y recortado las fronteras  haciendo que surja la hermandad entre los país.

Pero queda mucho por hacer y cada país deberá reconstruirse y recordar a sus caídos en esta batalla mortal.

Cuando vemos un partido de nuestro equipo preferido y este pierde o lo hace mal, siempre criticamos a quien lo dirige y pensamos todas las estrategias posibles que debió utilizar… es normal nadie quiere perder, no sé si el mío ha hecho o logrado todo o deben hacer más, sé que están empleando todos los recursos a mano y más, temas que como ciudadanos esperamos también un nutrido y explicito informe de cómo se gastaron y emplearon nuestros recursos.

La improvisación producto de la falta de un manual lo entiendo, pero solo esperar tratamientos recetados por nuestros galenos cuando estemos en el cuadro clínico  intermedio entre una cama y una sala de cuidados intensivos no estoy de acuerdo, una lucha campal por desacreditar a otros que aplican tratamientos que en otros pises ya surten buenos resultados está mal.

Todo lo que sirva para subir las defensas y combata inmunizando nuestro frágil organismo debe ser utilizado y difundido para que ayude a otros a superar este mal.

Hasta aquí llego la generación que esbozaba, cuándo se le caía algo al piso y decía: “sopla rápido que lo que no mata engorda.”

Son tantas cosas que quisiera escribir, sobre anécdotas que cuentan las personas que viven esto día a día y que nos definen como País, ante la adversidad, ojalá podamos todos superar esta difícil prueba, a las personas del mundo que han perdido a un ser querido, un familiar, un amigo, un conocido solo me resta decirles que abracen la esperanza de que algún día lo volveremos a ver, a la vez debemos encontrarnos y redescubrirnos como mejores personas, puesto que es una historia que aún no termina, pidiéndole a Dios nuestro creador que nos de fuerzas para ver otro amanecer y que solo lo lograremos si nos quedamos en casa.

FRANKLIN R. RIVERA J.

Ciudad de Panamá.

 

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