Punto de Encuentro

El Voto de Censura a Mariano Rajoy

Hoy jueves 31 de mayo se ha debatido intensamente en el Congreso de los Diputados la moción de censura presentada por el PSOE contra el gobierno presidido por Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular y, hasta mañana, jefe de gobierno en la España parlamentarista, donde manda quien tiene los escaños suficientes. El PP no los tuvo y debió sobrevivir dificultosamente sin haber podido formar una alianza gubernamental, debiendo negociar cada una de las decisiones y claudicando en aspectos programáticos que lo justificaban como grupo social. Una sentencia judicial, recaída en un proceso en el que se condena por corrupción a quien fuera tesorero del partido, fue el detonante para que la censura prospere.

Siguiendo el modelo alemán, la Constitución española requiere que la moción de censura incluya también el nombre de quien debe asumir el gobierno en caso de obtener la mayoría de los votos. Es allí donde los líderes de los partidos no lograban ponerse de acuerdo hasta hoy, siendo el propuesto el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, líder del grupo parlamentario socialista que, para el efecto, es la segunda fuerza partidaria en número de escaños. Cierto es, que Rajoy pudo dimitir, y con ello quebrar la tramitación de la censura. Con ello hubiera evitado que Sánchez ocupe el lunes el Palacio de la Moncloa y ganado hasta dos meses más como Presidente de Gobierno, mientras el Rey que actuaba como jefe de Estado, efectuando incesantes consultas con los líderes de los partidos con representación parlamentaria, en busca de una personalidad capaz de aglutinar los votos necesarios; en ese caso, puede ser elegido alguien que no sea diputado, quizás ni siquiera político, pero por lo mismo, desarmado para hacer frente al  inmenso reto que España tiene para enfrentar los graves impulsos separatistas.

Hasta este momento Rajoy mantiene en pie su anuncio de no dimitir, para poner en evidencia la ambición de Sánchez, quien no ha dudado en sumar a su proyecto inmediato al radical Podemos y a los partidos independentistas catalanes y vascos, comprometiendo así su propio futuro político. Posiblemente cuando usted esté leyendo este artículo, ya se haya producido la votación definitiva, y la presidenta del Congreso, Ana Pastor, se encuentre sorteando el tráfico madrileño para informar a Felipe VI de los acontecimientos producidos. Con una mayoría precaria y contradictoria, que incluso puede hacer peligrar el futuro de España como estado, el gobierno de Sánchez será débil y corto, todas las agrupaciones políticas y gremiales estarán preparándose para las próximas e inevitables elecciones parlamentarias anticipadas.  

 

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