Punto de Encuentro

La contaminación en la Cuidad de México sigue en aumento.

Las concentraciones de contaminación en la Ciudad de México (de ozono), encendieron las alarmas.

Esta semana se dio 3 veces; la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) ha activado la contingencia atmosférica por la -pésima- calidad del aire que existe en la Ciudad.

Esto significa que, de las 5 a.m. a las 10 p.m. no pueden circular ni siquiera los autos nuevos. Los únicos autos que no tiene restricciones son los eléctricos.

En México, al igual que en varios países latinoamericanos, hay programas de circulación,  lo que en el Perú se conoce como picó y placa; pero de manera diferente.

En teoría aquellos autos muy antiguos no pueden circular diario porque generan muchas emisiones contaminantes.

Para determinar qué automóviles pueden circular, y qué autos descansan 1 o 2 días a la semana, además del fin de semana; existe una prueba que se denomina “verificación vehícular”, que se lleva a cabo en centros especializados con la tecnología necesaria para medir las emisiones que produce un vehículo. Esto se debe hacer 2 veces al año y sí, se pagan derechos federales por la prueba (100 soles o 30 USD aproximadamente).

Los autos nuevos de agencia, al verificar dentro de los 6 meses posteriores a la compra, exentan esa prueba por 2 años. A partir del tercer año, todos los modelos de autos deben ser verificados cada 6 meses.

La teoría suena bien, un programa basado en mediciones y, una forma de determinar que autos circulan y que autos no, dependiendo el nivel de emisiones.

No olvidemos que la ciudad de México tiene una población de 25 millones aproximadamente y, junto con la población flotante llegan a ser 40 millones aproximadamente.

De la población que habitan en la ciudad o que viene a trabajar a la ciudad, la gran mayoría tiene un auto por la necesidad de llevar a sus hijos e hijas a la escuela, llegar al trabajo y volver a casa en trayectos de hasta 30 km todos los días.

En otras palabras, no tienen auto porque sea un lujo, sino por la necesidad de trasladarse más de 2 horas de ida y 2 de vuelta de lunes a viernes.

Entonces, existen millones de autos con 10, 15, 20 o hasta 30 años de antigüedad circulando, porque los requieren para su trabajo, para vender tamales, tacos, para llevar fruta, verduras, carne, materias primas, entre muchas otras.

Evidentemente contaminan mucho, sin embargo, los millones de habitantes no tienen la posibilidad económica de adquirir un nuevo automóvil o de comprar un modelo más reciente.

El problema que surgió con la “verificación vehícular” es que, los centros de verificación o verificentros; que son operados por particulares; empezaron  a vender las pruebas, a permitirte circular todos los días aún si tu auto tiene 10 años y produce muchas emisiones.

Como toda corrupción, esta es una moneda de dos caras, pues, sí bien se venden las pruebas, es porque hay millones de mexicanos que las compran para poder seguir circulando sin problema y seguir laborando, llevando a sus familias y sobreviviendo en la medida de sus posibilidades.

La verificación es un programa que debe ser revisado por las autoridades de la Ciudad de México para convertirlo en un programa que cumpla su objetivo, de impedir que la contaminación siga aumentando y no sea sólo un negocio de corrupción.

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