Punto de Encuentro

En México siempre es tiempo electoral.

El pasado 12 de junio de 2022, se celebró en Toluca, Estado de México, un mitin o asamblea del partido Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, partido del actual presidente.

El motivo de la asamblea era supuestamente informativo; sin embargo, como de costumbre (al igual que el PRI lo hacía hace 50 años) MORENA aprovecho la ocasión para reunir a 2 de sus candidatos más fuertes para los comicios presidenciales del año 2024.

Las personas a las que me refiero son Claudia Sheinbaum Pardo y Marcelo Ebrard Casaubón, la primera, es jefa de gobierno de la Ciudad de México; y el segundo, es el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

La jefa de gobierno declaró sentirse arropada por la gente que asistió al evento; por su parte Marcelo Ebrard, dijo sentirse feliz con la reacción de la gente.

Posteriormente, el secretario de Relaciones Exteriores comunicó su decisión final de contender por ser el sucesor de Andrés Manuel López Obrador en 2024. Esto fue en un evento en Guadalajara, y manifestó que ya tiene a su equipo formado para que lo apoye. El equipo está integrado por Malú Micher, actual senadora de Guanajuato.

Recordemos que MORENA tiene la gobernatura de 22 Estados, es decir, es la fuerza política más grande actualmente del país.

Es un problema en México que las personas que tienen un cargo público, no se dediquen a ejercerlo de la mejor manera. La situación de Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, es burlesca para el país.

México no está en proceso electoral, no está en momentos de hacer campañas; y aún así, dos titulares de instituciones de envergadura para México están utilizando su tiempo de trabajo para promover sus candidaturas.

Si quieren contender, es válido, lo que no es válido es que lo hagan mientras tengan otras funciones que realizar.

Es una paradoja lo que nos muestran tanto Claudia como Marcelo, ambos ya tienen puestos públicos, ambos ya tienen un poder fáctico y un jugoso sueldo, además de estar al frente de asuntos extremadamente relevantes para México y, ya quieren tener otro puesto.

Ósea, ya tienen las posibilidades de demostrar con hechos, con trabajo, con programas sociales, con reformas, con seguimiento a asuntos pasados, con resolución de conflictos, de demostrar al votante su capacidad de ejercer el poder y así llegar a la presidencia.

Empleo la palabra paradoja, porque están buscando llegar a un puesto de poder, cuando ambos ya tienen uno; es una incongruencia que la titular de la Ciudad de México, lleve a cabo actos de campaña para tener otro puesto de ejecutiva, dejando de lado sus funciones y evadiendo así sus actuales responsabilidades. 

Reitero, ambos están en posiciones donde pueden generar un cambio para el país, Claudia Sheinbaum, es la titular ejecutiva de la Capital del país -la segunda ciudad más grande del mundo-, y en lugar de buscar resolver problemas de agua en el valle de México, de mejorar las instituciones de salud -porque ya repuntaron los contagios de COVID 19-, o de pretender mejorar los entrenamientos y la preperación para la policía, está en campaña en otros Estados.

Por su parte, Marcelo Ebrard está al frente de la diplomacia con otras latitudes, y en tiempos de guerra, entonces, tiene un reto enorme para mostrar al mundo que es capaz de ayudar y resolver dificultades que surgen en su esfera de poder.

Empero, las 2 personas tienen actualmente una oportunidad real de probar sus pretensiones a los gobernados, y exponer sus aptitudes para llegar a gobernar México, pero ambas personas prefieren iniciar sus campañas antes que todos los demás.

Básicamente, quieren emplear su tiempo y salario (pagado por los contribuyentes) para hacer campaña política, así de podrida está la política mexicana. Faltan 2 años para las elecciones, pero nuestros flagrantes políticos ya están ávidos de contender, porque su trabajo y funciones actuales carecen de importancia para ellos.

Es más, está prohibido realizar actos electorales en tiempos que no estén autorizados, mas en México como toda Latinoamérica, las reglas se hicieron para leerse, no para obedecerse.

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