Un día como hoy, en el año 1904 en Huancayo, nació el maestro y líder aprista Ramiro Prialé. El hijo de la nación Huanca, fue un estratega y organizador del aprismo a nivel nacional en los momentos más difíciles de persecución al aprismo peruano. El compañero Ramiro nos ha dejado una de las lecciones políticas más importantes para la historia: “Conversar no es pactar”.
Conversar, en términos de Humberto Maturana, es en sí misma una conversación. Una conversación constante en la que los ciudadanos, incluso teniendo posiciones contradictorias e irreconciliables, trabajamos en conjunto para la vida en comunidad. La conversación es algo más que un intercambio de palabras, ya que como señala Miguel Bazdresch, conversar implica el disponernos a dar nuestras perspectivas al otro sin esperar nada a cambio. Visto de este modo, la conversación es una etapa fundamental para la democracia, para conocer al otro, para poder descubrir perspectivas, para la construcción de la ciudadanía, para la educación. La conversación no tiene por qué dar un resultado como un acuerdo, pero siempre sumará algo.
Así las cosas y pasados muchos años de hecha la lección y comprendida su magnitud, algunos políticos de poca monta han pretendido usar esta frase si entenderla, sin valorarla desde su espacio y tiempo, con el fin de satisfacer sus intereses personales. Incluso, en el propio partido del pueblo, hoy se declaran comisiones entre cuatro paredes y pretenden utilizar su imagen para llamar a la unidad, sin si quiera haber conversado con las bases sobre ello.
Es preciso recordar que Ramiro siempre respetuoso con las bases apristas dio conferencias y celebró un sin fin de reuniones en los que justifica y transparenta su actuar como se puede apreciar en el libro “Conversar no es pactar” publicado en 1968. Por lo que homenajearlo no es solo la romería o la publicación de una imagen en redes sociales, es comprender su actuar y actuar en coherencia. Es decir, no pactar por debajo de la mesa, sin transparencia y sin un diálogo con las bases.
Como diría el maestro Ramiro:
“Pero no hay convivencia con ciudadanos disminuidos ni hay unificación con partidos proscritos.”
Lo que podríamos reinterpretar para decirles a algunos dirigentes que hoy crean una comisión inconsulta y facciosa, con ánimo de colocar en el centro de la ceremonia de los 100 años del APRA a un ex parlamentario de cuyo liderazgo las bases ya pasaron la página: No hay partido con militantes disminuidos, ni convivencia si no se dialoga.
Feliz cumpleaños compañero y maestro Ramiro