“Estamos por eso ante el comienzo de un nuevo diálogo. Europa debe mirarnos con buenos ojos, porque los indoamericanos somos lo que somos y seremos lo que debemos ser. Y este postulado nos acerca al relativismo más que al determinismo. Nos aproxima a la consideración de que todos los principios socio-económicos son universales, pero de aplicaciones regionales. Relativismo pues, de principios absolutos. Absolutas son las necesidades humanas pero relativas son las formas de satisfacerlas. La relatividad se refiere al Espacio y al Tiempo de aplicación, a los campos gravitacional que surgen cada vez que una sociedad convierte un espacio geográfico en un espacio histórico, cada vez que el Hombre dialoga en su condominio con la naturaleza, cada vez que el esfuerzo humano va marcando la aceleración de un ritmo de tiempo. Y a ese tiempo se le denomina Tiempo Histórico.” (Haya de la Torre,1976, [Discurso de Cierre-Reunión de Caracas]).
Hace algunas fechas escribí en “Espacio Tiempo y la Agenda social” sobre la importancia y necesidad de una agenda social propuesta por el Partido Aprista Peruano y retomada por el joven líder Enrique Valderrama Peña y un sector de jóvenes apristas al cual pertenezco. Ante ello, salieron algunas voces escépticas que afirmaron que este no es un concepto propio de la ideología aprista o que era un concepto sin contenido. A ese sector se le debe responder categóricamente que está absolutamente equivocado, con el fin de reconocer que el postulado de la Agenda Social es coherente y fundamental para la perspectiva ideológica aprista concebida desde el espacio-tiempo, en consecuencia, reconocer los aportes significativos que vienen realizando los apristas para renovar el partido del pueblo de viejas prácticas que han aburguesado y burocratizado la política en general.
Este artículo parte del Discurso de Haya de la Torre de 1976, en Caracas – Venezuela, en el que señala literalmente que estamos frente al inicio de un nuevo diálogo, considerando que los principios y necesidades universales son relativos al espacio tiempo, con el fin de llamar a un diálogo y aprender, para que haya un nuevo trato histórico de relaciones internacionales entre los pueblos latinoamericanos y Europa.
Este postulado del compañero Jefe, realza la necesidad de un diálogo, que si bien está concebido desde la perspectiva internacional, es posible aplicarlo a escenarios nacionales, departamentales, provinciales y locales, por ser este el principio fundamental de la democracia.
Así las cosas, se debe señalar que el APRA como movimiento continental tiene el deber ideológico de establecer agendas sociales en todos los niveles de gobierno con el fin de aproximarnos a una verdadera democracia en Indoamérica.
Habiendo sustentado el deber del aprismo, ahora sustentaremos por qué se debe realizar esto en la actualidad.
Tanto en el Perú como en el resto del mundo, se puede ver como las democracias están enfrentando momentos críticos de polarización y extremismos por una diversidad de factores. En el caso peruano, se puede apreciar que estos problemas se dan por la falta de madurez política, la ausencia de partidos adecuadamente institucionalizados y la excesiva oferta de partidos que no permiten que una persona pueda acceder a una representación adecuada.
Por ello, si reconocemos la idoneidad de que el Partido posea liderazgos de distintas partes del Perú que recorren el país sometiéndose al diálogo y la construcción de propuestas que parten de la población con visión técnica e ideológica. Entonces estaremos aprovechando una oportunidad histórica, como lo hizo en su momento el joven Víctor Raúl. En medio del caos político, partió de lo más simple para adaptarse a las necesidades del pueblo peruano y confrontar a la clase política que se imponía por la fuerza o el espectáculo.
En consecuencia, resulta conveniente por dos razones claras y distintas, una de naturaleza partidaria y otra de naturaleza nacional. La de naturaleza nacional responde a la construcción de una estabilidad política en virtud de la construcción de partidos conectados con la población. Mientras que la de naturaleza partidaria se condice con la oportunidad que tiene el partido de diferenciarse nuevamente de la clase política bananera que históricamente ha perjudicado los intereses de nuestra nación.
En conclusión, la Agenda Social no es solo una iniciativa acorde a los principios ideológicos del aprismo, ni solo se debe ver como un deber ideológico de su militancia. Sino que resulta contundentemente necesaria su aplicación por parte de sectores que buscan renovar el partido, en virtud de los factores espacio temporales que acontecen en el Perú y que podría ser un posterior modelo de democracia para los demás países de la región.