Punto de Encuentro

Los lumpen-congresistas, encandilados por las coimas fungen como defensores de nefasto Gobierno de Perú.

Por: Abraham Fudrini.

Después de transitar parte del borrascoso camino para intentar la justificada vacancia al presidente de Perú, profesor Pedro Castillo, se descubre que en el camino ha nacido una nueva coyuntura que es producto de las nuevas alianzas políticas que el Gobierno se vio obligado a hacer desde diciembre de 2021 cuando tembló por su temor a la vacancia.  Por esta razón se vio obligado a hacer acuerdos y ceder, aunque sea declaradamente, en su pretensión de realizar una Asamblea Constituyente y cambiar el régimen económico de mercado por otro de tendencia estatista. En conclusión dejó, aparentemente, a un lado su pretensión de llevar a la práctica el programa económico estatista del Foro de Sao Paulo y de todos los comunistas desde la Revolución Rusa de 1917 hasta hoy.
Se ha iniciado pues una nueva coyuntura donde la chusma o lumpen político (terroristas, pro narcotráfico, coimeros, oportunistas, ministros con antecedentes de delitos, corrupción y maltrato a la mujer) ha logrado darle estabilidad al Gobierno conformado, hasta ese momento, con otros grupos comunistas y que desde diciembre hasta hoy está siendo apoyado por la bazofia política, para lograr evitar la vacancia, es decir por los “niños”, los pilatos (culpables por abstenerse) y otros. Todos ellos tienen en común el deseo que el Gobierno apruebe, invierta y realice grandes obras públicas o grandes inversiones en sus regiones, asegurando así participar en las probables y comunes coimas que las empresas de la construcción pagarían por obras o inversiones públicas a congresistas, gobernadores y alcaldes.
Lo que está aún oscuro para los políticos, es este fenómeno económico orgánico, largo (más de 70 años), estructural, que comenzó a crearse después de la Segunda Guerra Mundial, fue el origen de una nueva estructura económica que creció, desarrolla y produce coyunturas de crisis en Perú. La crisis coyuntural, de este momento que vivimos los peruanos no es la única, antes ya se han presentado crisis por alterar la economía peruana, todas estas siempre más o menos buscan darle peso al Estado en la economía. Esto ocurrió con el Plan de Gobierno que Fernando Belaúnde presentó para las elecciones de 1962, con Juan Velasco en 1968 (golpe militar y extensa estatización de nuestra economía), durante los gobiernos de Martín Vizcarra y Francisco Sagasti cuando se advirtió una conducta política del Gobierno que se mostró públicamente anti empresarial y específicamente anti minera. Finalmente con Pedro Castillo la amenaza vociferante de los comunistas gobernantes, anuncian estatizaciones, expropiaciones, etc., sin embargo el gobierno poco podrá hacer para transformar a la economía y al Estado.
Se ha iniciado una nueva coyuntura donde el lumpen congresal formado por despojos políticos de varios partidos, contrata un apoyo por nuevos o ya establecidos presupuestos por obras que el Gobierno  dará o acelerará si están asignados para sus pueblos. De esos fondos económicos se beneficiarían también el lumpen congresal, los gobernadores y los alcaldes, todos vía las coimas.
Hay que considerar que una estructura económica que ya tienen más de 70 años de conformada y que ha pasado por leves y graves crisis (Juan Velasco y Pedro Castillo) durante su existencia hasta hoy, sin duda requiere cambios profundos y estos pueden ser de corte estatista, de mercado u otro modelo heterodoxo.
Personalmente considero que es conveniente para Perú mantener el régimen económico social de mercado con algunos cambios que no modifique su estructura nacida con la Constitución Política de 1979 y mantenida en la actual, sin embargo creo que hay que democratizar la estructura del Estado, para la que propongo una “democracia directa” como la que desarrolla Suiza que, desde mi punto de vista, tiene un “régimen económico socialista de mercado”.
Próximamente expondré un avance de mi estudio sobre el pensamiento de Víctor Raúl Haya de la Torre, con el aporte de los grandes pensadores Nicolás Maquiavelo, Juan Jacobo Rousseau, Johann Pestalozzi y otros.

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